Rock sí, purismo no.

Peter Capusotto tiene y/o tenía un montón de separadores que empezaban diciendo "El rock es..." y tiraba una serie no poco importante de delirios. Al mismo tiempo, parte de la gracia estaba en la ironía sobre esas relamidas frases y citas sobre si el rock es esto o aquello, frases grandilocuentes y completamente estúpidas.

Lejos de mi querer definir qué es el rock, pero sí quiero dar mi opinión sobre algunas cosillas. Hay en un amplio sector del ambiente rockero1, una idea de que el rock tiene que ser tal y cual cosa, y que si no sos puro de oliva no sos rock y bla bla bla, que la verdad que me molesta mucho. Y ojo, anche ío sonno pittore diría Jauretche, yo también he entrado en esa, y no he escuchado en su momento cosas que porque eran demasiado esto o muy poco lo otro. Pero con el tiempo he cambiado de idea, me he vuelto más tolerante, tengo menos que demostrar y ahora puedo reducir lo que yo personalmente creo que hay que exijirle a un rockero a la siguiente breve lista.

El rockero tiene que ser:
  • Músico

Y punto.



Todo lo demás, la rebeldía, la actitud, las drogas, el rocanroln-n-n-n-n tanto puede estar como no estar, no importa. El rock debería ser arte, debería ser expresión de gente que no tiene o no quiere otra manera de expresarse, debería ser el producto de este concepto de Amanda Palmer, Stop pretending art is hard, Dejá de creerte que el arte es difícil. Pero ante todo debe ser arte.

No debería preocuparnos si es más o menos puro, si la guitarra suena así o asá, si es más o menos cuadrado, si es demasiado jazzero, si ya no es igual a lo que hacía antes. Al músico de rock hay que exijirle que sea músico, que nunca pare de crear y nunca se de por satisfecho en la búsqueda. Creanme que hasta el más cuadrado de los músicos siempre está buscando un yeite nuevo, una palabra nueva, algo que aportar, no al arte ni al público, sino a sí mismo. Sacar disco tras disco con exactamente el mismo sonido y las mismas letras, o peor aún, sacar mil compilaciones y discos en vivo puede ser exitoso, puede ser popular, pero no es búsqueda.

No confundirse ni malinterpretarme, a algunos artistas sólo les sale disco tras disco en el mismo estilo, discos que a primera oída resultan iguales entre sí, pero la búsqueda está, siempre hay alguna vivencia nueva en una letra, algún sonidito nuevo en algún instrumento, alguna influencia que antes no estaba. Pero creo que todos sabemos distinguir entre eso y quien está en automático sacando lo que ya sabe que vende, o grabando con la filarmónica versiones muzak de sus canciones que fueron exitosas, o cosas así. Por más que se pelee con todas las autoridades, por más sexo y drogas que tenga en el día a día, si no hay música, no hay nada de rock&roll. Lo único que hay es humo.



Este texto, estuvo en los borradores del blog por lo menos dos años, probablemente tres, mitad porque la primera vez que lo escribí me pasó lo mismo que me pasa ahora, no se bien cómo cerrarlo. Quisiera darle una vuelta de rosca más estirar y redondear la idea. Pero ahora que le traté de entrar un rato me doy cuenta que quizás no hace falta. Quizás alcanza con lo que está, un llamado a la solidaridad parque el músico sólo sea músico, que no es poco.


1Donde dice "amplio sector" debe leerse "estoy en fuerte minoría"

Estaríamos volviendo

Hace mucho que no escribo, por hache o por be. Pero estuve releyédome y me dieron ganas de retomar la costumbre, porque una cosa que encontré es que me gusta cómo escribo. En particular cuando tengo cierta pasión por lo que estoy escribiendo, como cuando me enojé con los troscos por meterse con el rocanrol, o cuando me dio por hablar de diez grandes discos, o cuando el autor de uno de los mejores libros que leí escribió otro libro despreciable. También se nota cuando escribo "para cumplir", como al final del viaje de 2013, que me sentaba a escribir cuando en realidad tenía ganas de hacer otra cosa.

Lo más interesante que encontré en esta relectura, es que descubrí que tengo una Voz al escribir. No necesariamente la que quisiera tener, pero está ahí, esos textos están escritos inudablemente por mí. Tienen problemas de edición por todos lados, errores de tipeo, problemitas de concordancia y etcétera, producto de, como recién, empezar un párrafo, distraerme y seguir sin releer lo que venía escribiendo.

La cuestión es que tengo ganas de volver a escribir. De lo que pinte. Por ejemplo, aquel viaje de 2013 no está todo escrito y menos aún transcripto acá. Lo publicado no tiene la parte de Andalucía, ni la de Marruecos. Esas sensaciones en caliente se perdieron. Se que escribí uno o dos textos más que los que están publicados, pero no estaban muy buenos, ya estaba desganado. Aparte ni se dónde habrá quedado el cuaderno en el que escribí todo eso. Entonces una idea era escribir sobre esos días, como reflexión a la distancia. Pasaron varios años, hablé mucho al respecto, muchas ideas se han destilado y puede resultar un ejercicio interesante poner todo eso en "tinta".

Otra idea es anticipar el viaje que estoy organizando para el año que viene, a saber, Italia y ciertos alrededores. Un poco para bajar la ansiedad, canalizarla, y otro poco para saber, por así decirlo, qué estoy yendo a buscar.

Y después hay varias cosas surtidas sobre las que quiero escribir: música, libros, política, ideas y sueños (?). Quejarme y celebrar y despuntar el vicio de la escritura, que al fin y al cabo, es una de las pocas cosass que se que me salen bien.

Así que ese es el plan, volver a escribir más o menos seguido, para mí, para reforzar esa voz que se que tengo y para corregir las cosas que se que no me gustan, como tiene este texto escrito en forma de flujo de ideas, que es una buena forma de poner una palabra adelante de la otra, pero que no lleva a textos redondos, ni siquiera elipsoidales. Hace falta práctica para llegar a un estilo que me guste más, y ese siempre fue mi mayor dificultad en todas estas cosas, practicar con cierta regularidad e insistencia. Por todo esto, Boquense de viaje vuelve a rodar.

Illium y Olympos, o como enojarme con un libro.

Acabo de terminar de leer Illium y Olympos de Dan Simmons. Hace mucho que no me disgustaba tanto un libro, y creo que para entender por qué, y si es que no me gustó o que el libro es malo en sí.

Como nunca publiqué mis reseñas de libros 2013 (y, de paso, tampoco estoy recopilando la lista 2014) tengo que poner acá un pedazo para dar el necesario contexto, porque Simmons es el autor de dos de los libros que más me gustaron en 2013:

Hyperion / The Fall of Hyperion -- Dan Simmons. La otra recomendación [De gente en goodreads.com cuando quería algo de la onda de Anathem] , y acá sí que volaron las pelucas. Leí los dos libros uno atrás del otro, y por eso llevan una sola entrada en la lista, pero cada uno merece su propia reseña. En Hyperion, siete personajes se juntan en el planeta titular para una última peregrinación a las misteriosas Time Tombs, y en el camino se cuentan sus historias. Cada una está escrita con un estilo distinto, acorde al personaje. Todas revelan un pedacito de qué está pasando en esta versión del futuro de la humanidad, y nos cambia nuestras “lealtades”, es decir, nuestra percepción de quién es el bueno y quién el malo, por quién hinchamos. El libro termina justo cuando llegan a las Time Tombs y casi casi ahí es que empieza The Fall... con la escena dispuesta para que se desarrolle la tragedia. Y la tragedia, ni lerda ni perezosa, se desarrolla a lo largo del segundo libro, hasta que al final todo estalla, casi literalmente. Es la fin del mundo y cada uno de los personajes del libro anterior, más tres o cuatro nuevos, tiene un papel que cumplir. Son sencillamente, dos libros espectaculares, creo que los únicos 6/5 del año.

Osea que tenía altas expectativas cuando arranqué Illium, y en principio lo que aparecía me interesó. Me enculé seriamente con la “serie” en el segundo libro, por un par de cosas puntuales, pero para ese momento ya me tenía bastante cansado, y cuanto más lo pienso peor me cae. La conclusión a la que llegué mientras iba redactando este texto en mi cabeza es que no soy yo el problema, ni siquiera es una cuestión de decepción, es que la obra es mala. Antes de aplicar el algoritmo de Jack (ir por partes) dos aclaraciones: Primero, pienso revelar todos los misterios del texto (espoilear) porque pienso que no se merece que los cuide y porque si no no puedo explicar nada. Además, me refiero a ambos libros como uno solo, porque, a diferencia de Hyperion/The Fall of... que se sostienen bien independientemente, más allá del cliffhanger al final del primer libro, un tercio de la historia de Illium recién interactúa realmente con el resto en el otro libro, e incluso hasta ese momento no queda claro si son simultáneos o qué.

Empecemos por el principio que es la premisa de este libro, publicado como de ciencia ficción y ambientado efectivamente en el lejano futuro. Como Simmons no es, en sí, un mal escritor, lo que aparece en las primeras páginas de Illium resulta muy interesante: aparentemente hay un profesor de literatura del siglo XX en medio de la guerra de Troya, “contratado” o más bien forzado por “la Musa” a observar los acontecimientos de la guerra y asegurarle que los acontecimientos siguen los descriptos en el libro. Y tiran palabras como “Quantum Teleportation” y cosas así que te da a entender que acá pasa otra cosa. En los siguientes capítulos aparecen, por un lado, Mahnmut de Europa y Orphu de IO, dos robots/organismos descendientes de las inteligencias artificiales que la humanidad mandó a las lunas de Júpiter, que después se independizaron y ahora miran con preocupación las actividades de los post-humanos en la Tierra y en Marte, y, por otro lado lo que queda de la humanidad en la Tierra, viviendo en una sociedad donde los humanos tienen asegurados 100 años de vida, con “reparaciones” periódicas semi-milagrosas y todas sus necesidades están cubiertas por sirvientes artificiales, y ya no sabe ni que la tierra es redonda, sólo conocen unos metros alrededor de las cabinas de teletransporte y hay un loquito que no sólo le pintó caminar por la brecha atlántica (resulta que se puede caminar de España a EEUU) sino que además es el único que sabe leer y que aprendió, junto con otra mina, a fundir bronce, para admiración y al mismo tiempo desprecio del resto de la sociedad.

Esta parte de la premisa es la que me hizo ruido desde el vamos, porque para mí la curiosidad es algo innato al ser humano, es inconcebible que retrocedamos a ese nivel. También me resulta inconcebible que pasemos a ser una sociedad “post literaria”, como se define en el mismo libro, una sociedad sin historias, memorias ni relatos de ningún tipo. Absurdo. No es que una premisa absurda sea mala en sí, pero la tenés que hacer funcionar, y Simmons no lo logra. Está insinuado que esta humanidad superviviente es retrasada mental, pero eso se desmentiría cuando al final de golpe aprenden todo. lo que se supo y se sabe, mediante, básicamente, magia.

Pero no es esta la única faceta de la evolución de la humanidad en este libro que me causa rechazo. A medida que se revela la historia de la humanidad antes de “el rubicón” y la situación actual, más inverosímil me resulta. Aparentemente la humanidad va a retroceder a las relaciones político-sociales de la antigüedad, con imperios guerreando entre sí a muerte y destrucción total. Peor aún, no sólo ni se cuenta por qué, sino que se dice implícitamente que esa es la naturaleza inevitable del desarrollo humano. ¿Acaso Simmons pasó de su visión de la humanidad fundamentalmente optimista en 1989/90 (Hyperion) al pesimismo más absoluto en 2003/5? Lamentablemente no es eso lo que se desprende de este libro, pero veremos los detalles más adelante.

Antes de entrar en esos temas, que sería salir del libro en sí y hablar de él dentro de un contexto, hay dos o tres temas propios de la obra literaria que quiero defenestrar. Por ejemplo, quisiera saber cómo un tipo que escribe un libro con tantos personajes como este, casi no logra que ninguno me caiga bien. Particularmente, ninguno de los centrales, ninguno de los que terminan siendo “los buenos”, los que ganan y aparentemente teníamos que querer que ganen durante todo el libro. Sólo dos se salvan, los robots-orgánicos de las lunas de Júpiter, Mahnmut y Orphu, protagonistas de una de las tres líneas argumentales del 1er volumen del libro. Puesto a pensar por qué me caen bien, la respuesta resulta sorprendentemente obvia: son los únicos personajes humanos de todo el libro. Son dos tipos que hacen su laburo, que buscan averiguar/deducir lo que sus jefes les están ocultando y que, en sus tiempos libres, leen y discuten a Shakespeare, Proust y otros autores clásicos. El resto se divide entre los personajes tomados de la Ilíada y compañía, que no logran ser mucho más que los bárbaros que un lector contemporáneo ve en esos héroes; algún post-humano que sigue dando vueltas todavía por la tierra, y todos los que se auto-convirtieron en dioses olímpicos, indefendibles los mires por donde los mires, a juzgar por las cosas que han hecho con la Tierra y el rebaño que es la humanidad sobreviviente, que ellos crearon y esta humanidad, de la que ya hablé antes, y que vienen a ser los “buenos” del libro, pero que para mí no pasan de figuritas de cartón. Sueltos por ahí andan el tipo del siglo XX que lo agarraron los posthumanos para hacer de testigo de la guerra de Troya (y ahora que lo pienso, nunca se explica de dónde lo sacaron), que al principio cae bien, pero a la final queda como boyando, como que Simmons no sabe bien qué hacer con él y él no sabe tampoco qué hacer con sí mismo; otro (?) Odiseo que termina siendo uno de los que le arregla la vida a la humanidad sin que esta haga demasiado y alguno más que ahora no recuerdo. Más 4 o 5 villanos más bien monstruosos.

Ya que lo menciono, me meto en este tema: al final, y una vez más a diferencia de The Fall of Hyperion, la humanidad no hace nada para salvarse. La salvan un tal Próspero, que no entendí bien si es el personaje de La Tempestad traído por los experimentos cuánticos de los post-humanos, la encarnación de la hiper-red de información planetaria o qué; una post-humana que quedó dando vueltas por ahí y labura con Próspero para devolverle a uno de los humanos todo el conocimiento para que después él lo reparta; y Odiseo, que después se conoce como “Noman”, que va y la convence a Circe, que creo que también era Sycorax, y que es la que estaba bloqueando un montón de funcionalidades del planeta y no se bien por qué, de irse a cojer por el espacio y el tiempo; y por último, Orphu y Mahnmut, que son los que desactivan unas bombas que amenazaban aniquilar (literal y físicamente) el planeta. De paso, nadie explica por qué toda esta gente, que sabía lo que pasaba/estaba por pasar no hizo nada antes. Una vez más se salvan los robots, porque ellos no formaban parte de la sociedad de la tierra, no sabían nada más que lo que veían por telescopio y similares, y no intervienen hasta que no ven una amenaza al sistema solar en conjunto. La humanidad todo lo que tiene que hacer es sobrevivir hasta que todo se arregla gracias, casi literalmente, a Dios.

A todo esto, quedan un montón de cosas que nunca se explican, por ejemplo: Si los dioses olímpicos son post-humanos que se metamorfosearon medio porque sí, ¿quién es Zeus, el más poderoso de ellos, que les gana una cinchada a todos los demás dioses juntos y en algún momento amaga decir que él los hizo dioses? ¿Quiénes son los titanes que están encerrados en el Tártaro y que al final se rebelan y se van a la guerra contra Zeus? ¿Quién o qué son el “Demogorgon”, “The Quiet” y las otras figuras que los dioses reconocen como superiores? ¿Quienes son, de dónde vinieron Circe y Odiseo/Noman? Nunca se sabe. Y la pregunta que me hago es ¿por qué quedó todo esto de lado y el libro se concentra en la línea argumental menos interesante de todas, a saber, qué pasa en la Tierra? Y me doy cuenta que no tengo problema en sí con no sabe qué pasa. Hay muchos libros en los que pasa esto, cosas que se mencionan, que los personajes parecen saber porque son parte de su universo, pero que no son el centro de la historia que se está contando y por lo tanto quedan en mención. Se llama Lore y es algo que le da una riqueza increíble a muchísimas obras, la más famosa, El Señor de los Anillos. Pero acá eso no pasa. La identidad de los dioses es uno de los misterios que se nos va revelando desde las primeras páginas del libro pero nunca se termina de revelar, y los dioses de los dioses aparecen medio de golpe en el último cuarto del segundo volúmen, no como una mención sino más bien como deus-ex machina y nos quedamos sin saber qué son.

Y los misterios que sí se resuelven, aunque sólo como teoría, ya que la explicación no está 100% confirmada, me lleva a otro problema del libro, menor, pero que suma. Aparentemente todos los personajes de Shakespeare, todos los de la Ilíada, Setebos y otros monstruos que andan por ahí, llegan a nuestro mundo porque los post-humanos estaban haciendo experimentos con teleportación cuántica, y en vez de acceder a otros puntos del espacio, accedieron a otros universos creados por genios. Porque el cerebro humano es una cosa cuántica, entonces los cerebros geniales como Shakespeare, Homero y el autor de Caliban upon Setebos logran crear realidades alternativas. ¿Por qué esto es un problema? Porque la idea del cerebro como una máquina cuántica ya la vi (principalmente en Anathem, uno de los mejores libros que leí el año pasado) y la de que la importancia concreta de las historias, que las historias deforman el mundo “real”, también la vi incontables veces. Es decir, las ideas más o menos interesantes de esta obra ya las vi mucho mejor usadas.


Y encima de todo esto, hay dos o tres momentos concretos que casi me hacen revolear el libro a la otra punta de la pieza. Antes de entrar concretamente en esos momentos, quiero acotar que en sí no me molestan las referencias políticas/históricas/etc. al presente real del autor (y sus lectores), aún cuando esté en desacuerdo siempre y cuando haya una necesidad literaria para estas referencias. Por ejemplo, en uno de los relatos del primer Wildcards, el superhéroe en cuestión, que responde directamente al gobierno norteamericano de 1945 va y derroca a “el dictador argentino Perón”. Si bien mi primer reacción fue, obviamente, revoleante, entiendo la necesidad literaria: el autor está haciendo historia alternativa, en 1945, escrito en 1era persona (es decir, por el superhéroe que hace la faena), trabajando (casi el mismo año que Watchmen) el tema de los superhéroes en el mundo real en vez de la fantasía propia del género, etc. Es ignorante al simplificar al General como un fascista más, pero esa simplificación es un atajo para exponer las ideas del texto. Si no fuera justo Perón mismo no le daría tanta bolilla. No es el caso de este libro. Por estar ambientando en el lejanísimo futuro, no debería necesitar referirse a los conflictos actuales. Al no ser, en principio, la crítica política general uno de los temas del libro, estos asuntos no vienen al caso. Y encima, se trata de usos increíblemente ignorantes burdos de estas realidades e ideas.

Por un lado, aparece de golpe un anti-islamismo groserísimo. Resulta que los voynix, unos bichos/robots/nunca-queda-claro que hasta el 1er libro eran básicamente sirvientes de la humanidad en realidad son una creación del “Global Islamic Surinate”, para masacrar a los judíos. Y como están mal hechos, en el segundo libro aparentemente razonan “Todos los judíos son gente, ergo toda la gente es judía, ergo matemos a todos.” No sólo es palo gratuito al islam, no sólo los pinta, porque sí, como asesinos inhumanos, y encima ignorantes; sino que es una explicación estupidísima de este cambio de actitud, considerando todos los seres y facciones sobrehumanas ya presentes en el libro, considerando el papel de los voynix hasta ese momento, agravada con la revelación de que “Setebos entró en este mundo entonces los voynix volvieron a su modo asesino, porque sí.

Para el momento de esa revelación yo ya estaba bastante aburrido del libro, avanzando de puro cabezón y casi lo dejo ahí nomás. Pero fui más cabezón todavía y me encontré con que pero todavía faltaba lo peor. ¿Recuerdan esas bombas que mencioné hace un rato, que amenazaban aniquilar el planeta? Para ser más precisos, son muchos misiles que llevan “wormholes”, agujeros negros en potencia, que si se lanzan, literalmente se comen al planeta. Uno de los humanos-protagonistas los encuentra en un submarino que asoma en la brecha atlántica (que es un cacho del atlántico que está mágicamente seco y transitable. ¿Quieren adivinar de quién es el submarino? Sep, del Surinato Islámico Global. Con registros de la tripulación a punto de lanzar los misiles encomendándose a Alá (el que nunca se pone a leer un libro malo) y todos los chiches. Osea, por si no quedó claro, que para Dan Simmons, los árabes son asesinos inhumanos, de judíos si se puede, y si no, del planeta entero, qué más da. Y además son ignorantes, incapaces de hacer esto solos, y la culpa es de los franceses. Posta, resulta que la tecnología de los wormholes portátiles se la pasaron los franceses, que ya habían tenido un accidente con esa tecnología que convirtió a París en “El Cráter de París” y que le habían pasado la data a “los científicos Palestinos que eran sus amigos”. Eso es cita textual, dice palestinos, ni siquiera árabes en general, palestinos. ¿Ya dije que este libro lo leí durante los bombardeos de Gaza del 2014? ¿Se imaginan la bronca que me agarró al leer eso?

¡Y eso no es todo amigos! Dos párrafos más abajo de esta revelación, el tipo este que descubre el submarino, que a todo esto ahora tiene mágicamente en su cabeza todo el conocimiento humano, cita a Gramsci, porque le aparece una frase en la cabeza, no viene al caso cuál. Lo que viene al caso es que literalmente dos líneas después dice que eso fue antes que la humanidad viera que el social-comunismo era “naïve bullshit”, osea, una idiotez naif, carente de todo valor. Y digo yo: si querés meter una cita grandilocuente para mostrar lo capito que sos y lo profundamente jodido que es encontrarse ese submarino con esas bombas y esos registros, ¿para qué elegir una de un tipo que a renglón seguido necesitás desautorizar por las dudas? ¡Antonio Gramsci! ¡El tipo se murió preso político de los fascistas! ¿No es como mínimo una falta de respeto usarlo así?

¡Ah! pero acá hay algo muy interesante, que habla aún peor de Simmons. El principal aporte de Gramsci a la teoría política en general y marxista en particular (en versión resumida por espacio y simplificada por mi ignorancia) es la idea de la hegemonía, a saber, que una de las formas que toma el dominio de una clase sobre las otras es convertir la forma de ver el mundo de esa clase en la forma normal de ver el mundo. Así, el mundo capitalista da como normales los principios de vida de la burguesía, y una parte de la construcción revolucionaria del proletariado tiene que ser crear una hegemonía propia. ¿A qué viene todo esto? A que al desestimar las ideas de Gramsci como “naïve bullshit”, Simmons escribe completa e indiscutiblemente desde la hegemonía burguesa y anticomunista. Con lo que o bien está citando a Gramsci porque leyó esa frase en algún lado y la mete acá para darse de leido, o está demostrando que leyó a Gramsci y no entendió un pito.

Anecdóticamente, y para reconfirmar lo pésimo que es este libro, ese capítulo termina con el humano este llevándose el caño a la sien, desesperado porque cree que al llevarle a la humanidad todo este conocimiento que tiene ahora reinicie el camino que termina en esas bombas y el siguiente capítulo que se centra en él, empieza con un sencillo “X sólo tuvo el arma en su cabeza unos minutos antes de bajarla”. Ma gis tral.



Así qué, en resumen, no soy yo, el libro es malo. Está técnicamente bien escrita, porque Simmons es demostrablemente un buen escritor. Pero casi que eso es todo lo que se puede decir a favor. Es aburrido, pesimista y hasta pretencioso. La premisa es en el mejor de los casos absurda y en el peor estúpidamente cínica mientras que las buenas ideas que tiene (y las tiene) las deja colgando o mal resueltas. Los personajes están poco y nada desarrollados, nunca me pareció estar leyendo sobre personas sino sobre figuras de cartón. Y encima ataca gratuitamente hechos, personas e ideas concretas de nuestro presente, sin que venga al caso y simplificándolas hasta que resultan espantapájaros que inevitablemente le dan la razón al autor. Hace mucho que un libro no me decepciona tanto, no sólo por lo que adoré Hyperion y The fall of..., sino también porque la primer mitad, Illium prometía más de lo que Olympos termina siendo.


Boquense en España IV -- Andalucía

Sevilla, 11/11, Cenando en una fonda cualquiera.

Estando teóricamente al día, y a un mes exacto de vacaciones, es decir, sin lugar fijo y gastando sin reponer, hablemos de Córdoba, Granada y esta Sevilla, al menos mientras la mano de.

Córdoba es un pueblito. Ha sido una de las ciudades más grande del mundo en su momento de esplendor, pero hoy es un pueblito percioso y enmarañado, más un pueblo sencillo alrdedor. Y en medio, la Mezquita. Bah, a un lado de la ciudad vieja, pegado al río Guadalquivir. La ciudad vieja está muy prolija y cuidada y al principio me pareció muy vacía. Después me di cuenta que lo que estaba pasando es que al entrar en Andalucía había vuelto a tierras Civilizadas: acá hay hora de la Siesta. Tras una tarde de perderme en las callecitas, a la mañana fui a la Mezquita.

La Mezquita es un espacio cerrado de una manzana aprox., un espacio como nunca he visto. No se si las fotos le hacen, no digo Justicia, una onda al menos. Porque una cosa es ver unas columnas con los dobles arcos o alguna foto de los detalles árabes o la iglesia que construyó Carlos V1 en el medio; y otra es estar ahí en Una Manzana de esas columnas, al punto de que no te das cuetna de que en medio está esa iglesia si no te acercás.

Digo todo esto porque de los tres "palacios",, la Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada y el Alcázar de Sevilla, la Alhambra es lejos el más espectacular, pero la Mezquita (que los dueños actuales insisten en llamar "Catedral Central") es la que más me gustó, la que me parece más interesante. Pero hablemos de esa alhambra, cuya anécdota empieza en Córdoba, pues fue ahí, en ronda de mate, que me enteré que hay cupos limitados. Así que el día en cuestión, el sábado, madrugué y me fui corriendo desde el hostel hasta ahí arriba, para hacer la cola de la entrada. Y felizmente conseguí no sólo entrar (eso era bastatne probable), sino que conseguí turno temprano para los Palacios Nazaríes, que son la pieza fuerte del conjunto. Porque no engañarse, la Alhambra es una fortaleza grande, con castillos, palacios, hoteles, jardines, torres, diversos restos arqueológicos y muchos gatos. Y sí, los palacios Nazaríes son todo lo que se dice que son, y los patios y los trabajos en las paredes y los techos y las fuentes son todo lo bellos que tantos poetas dicen que son. Y el castillo merece verse y merece mirarse de ahí a la ciudad de la que voy a hablar en breve, y las dependencias más "modernas" acompañan muy bien al conjunto. Pero no es nada inimaginable como es la Mezquita.

Lo que sí le da ventaja a Granada, y lamento haberlo disfrutado poco es la ciudad mucho más viva. El barrio viejo (Albayzin) está claramente habitado y en movimiento, hay grafitis, carteles de protesta por el estado del barrio, movidas culturales; y en el centro muchísima gente a la noche del viernes, muchísimos bares (entre eso "La Bella y La Bestia") y mucha movida de estudiantes.

Claro que si hablamos de movida, hay que hablar de mi nueva ciudad favorita en este viaje: Sevilla. Sevilla es una ciudad grande en la que hay música en las calles2, clases de rollers para nnes en los parques centrales, construcciones espectaculares como la Plaza España, la Catedral y la Giralda, el Alcázar, las mil y una iglesias, la Torre de Oro, barrios (Barrios) como Sangta Cruz, el viejo centro y Triana, mil bares y ningún kebab; un lugar, la Alameda de Hércules, con los pibes de los barrios haciendo la suya hasta tarde y tda la onda general de los andaluces, que claramente son mis españoles favoritos.

Pero así como tuvieron que pasar unos días para tratar de hablar de Barcelona y Madrid, dejemos asentar este Sevilla que claramente voy a visitar un rato a la vuelta, aunque sea para despedirme del Patio de San Eloy.



1Carlos I en España, pero él se decía quinto, como demuestra la inscripción en el palacio que hizo construír en la Alhambra.
2Por ejemplo el guitarrista que estaba al lado del Alcazar, que casi me hace llorar, y que no tenía gorra, sólo vendía sus discos

Boquense en España III -- Barcelona/Madrid

Córdoba, Jueves a la noche. (Jueves 7/11 debe de ser)

Me cansé de esquvarle el bulto a la escritura por no saber qué decir de Barcelona y por no querer mezclar con Madrid, así que voy a tratar de meter todo junto a ver si me pongo al día. Seguro que termino de escribir esto y viene una gente que conocí recién pa' arrancar.

Barcelona seguramente quiere que la llamen ciudad cosmopolita, pero la verdad es que es una mera mescolanza de hispano parlantes ,más asiáticos y araboides. Tiene una leyenda reciente de ciudad liberal y fiestera. Leyenda que atrajo mucha gente, entre otros muchos de mis amigos/as, que contribuyeron a la realidad de esa leyenda que ahora de a poco está siendo explotada comercial y turísticamente. El tema es que esa comercialización y turistización tiende a expulsar a nuestra gente, con lo que la leyenda empieza a quedar en eso. Creo (creo) que la crisis económica está ejerciendo presión sobre esa explotación, haciéndo del turismo una salida más atractiva en lo inmediato, y esto no va a hacer más que empeorar, al tiempo que la gente se va a ir volviendo o al menos yendo a crear nuevas leyendas.

Pero lo que toda esta movida le da a la ciudad, es la sensación de que toda la ciudad está en uso, y eso me faltó en Madrid. Es decir, el cetro a la noche se llena de gente de bares y de boliche, pero no es barrio. NO sólo me pareció vacío en el fin de semana, sino que en la semana mismo parecía el centro, apenas más vacío. Saliendo un poco alrededor del Rastro encontré algún bar más poblado de gente (la cultura de bares pa' comer me parece una de las cosas más interesantes de Madrid) pero si no, turistas o la nada. Y todo está demasiado limpio. Para mi gusto, claro. No es que (en esta primer etapa) no me haya gustado, ojo, pero no me enamoró. Demasiado prolija para comparar con Barcelona, demasiado ???? para ser París.

[n.d. transcriptor: ahí había puesto "pobre", pero no es esa la palabra, ni a palos más bien sería "moderna", "provinciana", "poco monumental" o algo así]

Hablemos, eso sí, del Museo Nacional del Prado. el Prado es gratis todos los días las dos últimas horas.



Viernes a la mañana, en media hora parto. Mate y sigamos. (8/11 vendría a ser)

Hablemos del Prado, decía. El domingo, tras un rato de cola hasta que habilitaron la entrada gratis, me metí por primera vez. Si bien lo primero que ves (al menos por esa entrada) es la larga galería de pintura barroca italiana, yo quería primero ver lo español. Lo primero que aprendí es que los cuadros del Greco tienen colrores fuertísimos. En ese primer piso, si mal no recuerdo, está el grueso de lo Velázquez. En un momento entré, con cierta displicencia a una sala con cuadros históricos, miré un rato el cuadro de la esquina me di vuelta y me encontré cara a cara con el Cuadro de las Lanzas, tan groso como es.

Dos habitaciones más allá está la sala de los retratos y la Pieza Central del museo. Así como a la Gioconda la miré al pasar y medio de lejos, ante Las Meninas me quedé un rato y bastante emocionado y además tuve la oportunidad de escuchar a Padre contando a Pulga de no más de 7 años que lo que había pasado es que el Rey sacó una foto con el celular1. Ya bastante satisfecho, recorrí el resto de la colección España S.XVII (Velázquez, gran maestro (¡Los borrachos! ¡La fragua de Vulcano!), Zurbarán, Berruguete, etc.), pasé por unas naturalezas muertas con uvas que daban hambre o al menos sed y llegué al sector Goya, donde están las obvias majas y cosas así hasta que subís (n.d.t: ¿O bajás?) las escaleras y te encontrás todas juntas las Pinturas Negras, que individualmente son bastante impresionantes, todas juntas ni te cuento. Uno o dos salones más allá, varios cuadros suyos del S.XIX, incluyendo dos encargados para el caradura hijoputas de Fernando VII, el 2 de Mayo en Madrid y el más clásico e impresionante, 3 de Mayo en Madrid, más conocido como "el del fusilamiento"), otro cuadro que me quedé mirando emocionado un rato, aunque ahí las emociones, obviamente, son otras.

Minutos después, tras haber visto los últimos cuadros españoles (cronológicamente los más viejos, osea, bastante aburridos) me dije:
"¿Qué puedo hacer en estos 20 minutos hasta que me echen? Ah flamencos, los flamencos me caen bien2. Uy, qué simpático, un imitador del matrimonio Arnolfinil qué grosos estos quías, inventaron el oleo y el estilo barroco, pasemos a la siguiente salESE ES EL JARDÍN DE LAS DELICIAS!!!!
Efectivamente, pasé los siguientes diez minutos (de reloj) admirando esa tabla espectacular que yo ni sabía que estaba ahí. Y con eso ya me di por hecho. Volví a entrar al museo un par de días después a ver la parte italiana y volver a comprobar que el Barroco me gusta muchísimo más que el Rena, y el Neoclásico y a saludar de nuevo a estos cuadros principales.



1El que no entienda, averigue quién es quién en Las Meninas.
2Hay bala para el que haga un chiste ornitológico

Boquense en España II -- Barcelona, un poco.

Atocha, 6/11, Mediodía

Evidentemente esta edición del diario de viaje se escribe en los trenes o, en este caso, esperado los trenes.

El otro día en el tren escribía sobre una de las pocas decisiones importantes de mi vida y creo que logré llegar al final de la cuestión. Así que voy a tratar de aprovechar esta espera y el viaje a córdoba para terminar de contar de Barcelona y, quizás, empalmar con este Madrid de los últimos tres o cuatro días.

No se muy bien por dónde empezar, como ya expliqué en el texto anterior. El primer medio día que pasé en Barcelona (Barna para los locales) lo único que hice fue ir a la plaza Catalunya, la central (¡Volvió la plaza central!), bajar por la Rambla hacia el mar, sin doblar ni una vez hacia la ciudad vieja, frenar un momento en el puerto, caminar hasta la playa y volver al hostel. Creo que di una vuelta más a la noche. Después me fui a la montaña unos lindos días.



Momentos después a bordo del tren, rogando que no suba gente y viajar en este asiento

Al bajar lo primero que hice es, ya que estaba en Plaza Espanya, subir al Montjuic, que es un cerro al lado de la ciudad vieja, de donde se ve buena parte de la ciudad y también están el museo de arte de Cataluña (ex palacio real, creo) la Joan Miró y, arriba de todo, el castillo.

Arrancó el tren, sale almorfar y sigo. Listo. Por ahora seguimos por la misma vía por la que ayer fui a Toledo, tratando de pescar cuándo se abre (Toledo es fin de vía).

Decía que subí al castillo de Montjuic a pleno Sol y humedad cual si de otra ciudad (cof) se tratara. De ahí si mal no recuerdo bajé a ver las casas de Gaudí por, si mal no sigo recordando, el Paseo de gracia (Passei de Gràcia), después encaré para la Sagrada Familia, de camino a la cual pasé por una de tantas churrerías a la que mentalmente descarté, pero me respondió con un cartel: "HAY DULCE DE LECHE".

Descripción del churro con dulce de leche español: imaginen un churro de los españoles, osea, más finito que los nuestros, pero 100% de dulce de leche. Alrededor, la masa del churro, estirada hasta resultar un cañonazo. Alto Churro.

Me cuelgo con la escritura porque el paisaje español no está precisamente necesitado de kioscos. Es todo sierra y bueno, uno se distrae. Y no estoy particularmente pilas para escribir. Debería hablar de la Ciudad Vieja (Ciutat Vella) y la Barceloneta, pero no se cómo encararlo.

¿Cuántas veces habré escrito ya "no se cómo encararlo"? La ciudad vieja (El Barrio Gótico (Barri Goti), el Raval y el Born) y la barceloneta son barrios de calles angostas (enredadas las primeras, más razonables la última) y populares. La ciudad vieja además es la zona de los bares y la joda. Si, muy San Telmo el asunto, excepto que la crisis recién está llegando ahora. La crisis en este caso se refiere a todos los bares chetos (pijos) para el gringaje.

Boquense en España I -- Doce años después

Zaragoza --> Madrid, 1/11, 21 hs (el mismo tren, bah)

El problema con escribir de Barcelona,, es que mi estadía está indivisiblemente atada a la gente con la que estuve. Y de gente que conozco así al pasar en un hostel o couchsurfeando es fácil escribir, pero con esta gente tengo lazos más profundos, pese al tiempo y la distancia, entoces me cuesta mucho más escribir porque se que no tengo la capacidad de hacer justicia en palabras a todo esto que quizás habría que contar.

Al mismo tiempo, este blog/diario, si bien es para que lo lean ustedes, también es para mí, para que yo baje ideas al papel y/o la pantalla y al mismo tiempo despuntar el vicio de la escritura. Entonces estaría bueno que me ponga y escriba todo esto. En teoría. Pero en la práctica tendría que escribir dos o tres capítulos de mi autobiografía para considerar que mínimamente transmití por qué reencontrarme con Andy y con Flor después de tantos años es importante para mí.

Sí quiero dejar brevemente escrito algo que "descubrí" o entendí de mi vida, una decisión importantísima que tomé hace unchos años en forma semi casi consciente, Andy, Flor y yo nos conocimos en Caturga, hace 18 años1. En algún momento de la vida, varios años después, e incluso varios años de que se fueran de Caturga ellas se vinieron a Barcelona y encontraron que acá se podía vivir del arte y vivir bastante bien, más si venías de saber rebuscártelas y con un producto de calidad. La decisión de quedarse era obvia si querías vivir del arte.

Al mismo tiempo, yo que no sabía bien qué quería de la vida excepto que lo quería en mi país2, tomé la decisión, más de hecho que otra cosa, de dejar el arte, para no dejar el país.


Protagonistas de esta historia y alrededores:


La Andy


El Enano


La Flor, yo y atras un compañero cubano cuyo nombre escapa a mi memoria.




1El hecho de que muchos de ustedes no tengan idea de qué es o fue Caturga, ni por qué es importante en mi vida, es a lo que me refería con "dos o tres capítulos de mi autobiografía"
2Y en mi ciudad, pero como nunca había salido de ella, esa parte medio que no cuenta.

Boquense en Francia XIV -- Toulouse y Albi

Barcelona, 28/10, almorfando tarde en algún lado.

Hace rato que no escucho (!) ¡Escribo, quise poner! Pasé varos días con gente en la sierra acá cerca, recién ahora me pongo a escribir de nuevo.

Y quiero escribir sobre Toulouse y Albi, que ya va para una semana que estuve y no escribí nada. En parte porque venía atrasado con los posts (sigo atrasado con los posts) pero también porque con Toulouse tengo un problema: Todaviá no se qué pensar de ella.

(Creo que) ya escribí que Toulouse me cambió completamente la idea de qué es Francia. Es que o Toulouse es historia aparte, o Francia es mucho más variado de lo que pensaba. Porque en mi cabeza todas las ciudades francesas en general se parecen, aún cuando todas tengan sus detalles y personalidad. Todas tienen estilo francés en piedra de tal o cual color y cuando oí hablar de la ville rose, la ciudad rosa, imaginé Morelia pero en Francia. Bueno, no.

Para empezar, el nombre originalmente era ville rouge, roja, y lo cambiaqron porque da muy comunista. Para continuar no es por piedras rojas sino por ladrillo nomás, y para terminar, la arquitectura no se parece en nada a la "francesa". Se parece mucho a las de las usinas y transformadores de Buenos Aires, que al fin y al cabo son de la Italo y la Hispano, y he visto asociar a Toulouse (y Albi en tanto ciudad de los alrededores) con España y Toscana.

Así que nada de la imágen de la ciudad, ni sus casas, ni sus iglesias, ni su plaza central (!) se parecen al resto del País. ¿Y la gente? La gente de Toulouse también es "rara"....



Tren Barccelona --> Madrid, 1/11, 19hs -- 21:45 hs

Antes de seguir hablando de Toulouse, quiero comentar que los locutores de RENFE (REd Nacional de Ferrocarriles Españoles) en inglés y francés son muy superiores a los de la SNCF (Societé Nationale du Chemin de Fer) en inglés y español. Pero si sigo por este camino voy a colgar a hablar de España o al menos de Catalunya y no es la idea. La idea es terminar de hablar de Toulouse y un poquito de Albi.

"La gente de Toulouse también es 'rara'", fue lo último que escribí antes de que las ganas de caminar ganaran la pelea. La gente de Toulouse es orgullosamente "distinta" a lo que yo conocía. En particular son mucho más de estar en la calle día y noche. Las plazas se llenan de gente a la tarde y lo mismo a la noche la ribera y la zona de bares. Y no es sólo cosa de los estudiantes, que a diferencia de Bordeaux están incorporados a la sociedad de la ciudad, sino también de los locales.

Y quizás por los ladrillos parece una ciudad más laburante. Habían molinos ya a fines de la Edad Media, aunque también he leído que la rev. industrial no les llegó hasta la postguerra. También es históricamente la sede de la industria aeroespacial francesa, y también es la ciudad donde vi "colmenas", edificios gigantes de muchos departamentos chicos. No parece casual que sea la ciudad de origen del diputado de la III república Jean Jaures, alias yanyoré, el que tuvieron que matar para que nadie se queje de ir a la primer guerra mundial. Toulouse lo recuerda con una de las avenidas principales y en albi todavía se recuerda la fábrica manejada por huelguistas de otra fábrica, que él ayudó a sostener a fines del S. XIX.

Una vez más lamento no hablar Francés ni ser periodista (o al menos caradura) porque me hubiera gustado mucho hablar con los vecinos y ver cuánto de esto es impresión mía y cuánto es realmente así. Y cuánto de eso es parte de su día a día. Por lo que hemos visto, acá en Europa los pibes no suelen interesarse demasiado por la historia próxima pasada, no se cultiva la conciencia histórica, así que no me extrañariá que todo esto les de básicamente lo mismo.

No se si me queda mucho más para decir, de Toulouse. Una vez más habrá que ver si las fotos me refrescan la memoria. O quizás estar de vuelta y quieto me ayude.

Boquense en Francia XIII -- Nostalgia

Toulouse, 19/10, nochecita.

Es evidente que extraño Buenos Aires. Me pasó dos veces hoy que vi cosas que me recordaron a lugares de allá, y me di cuenta por el puntazo de nostalgia. Y no es como París que todo se parece, Toulouse no se parece en nada a Buenos Aires (ni a nada más en Francia hasta acá, pero ese es otro post). Ni siquiera es que fueran imágenes particularmente nostalgiosas: en un momento unos edificios a la distancia me hicieron acordar a cómo se ven los edificios desde la autopista, después pasó que..... no se bien, qué, creo que en algún lugar de Barracas quizás La Boca mismo hay casas parecidas a las de acá.

No se, pero si dos giladas así me hicieron extrañar, es que hay una capa de extrañamiento (?) importante. Ni a palos dejaría el viaje ya, hay que aprovechar la oportunidad, pero evidentemente hay muchas ganas de estar allá.

Y me estoy repitiendo. No se bien qué quería escribir. ¡Ah!, sí, iba a decir que ese era uno de los motivos por los que no emigraría. Tendría que estar muy mucho mejor para pagar el precio en extrañamiento. Esta es una discusión que tuve con mucha gente acá, pero que creo que nunca puse en estos términos.



Barcelona, 23/10, mateando en el hostel.

Decía: discusión que tuve con mucha gente. De la pequeña colonia de argentinos y chilenos nucleados (?) alrededor del Chivito, yo era el único que no quería quedarse. Cada uno tenía sus razones, algunas comprensibles, otras no tanto. En mi cabeza no paraba de resonar eso de que "si un tercer mundo te agobia / y un primero gustó / no te olvides que el primero nunca te tocará a vos". Pasa que yo en Argentina tengo una profesión y varios años de trabajo, venir para acá es arrancar casi de cero, aunque con algunas cosas materiales y geográficas más cerca. No es negocio por ningún lado. He conocido gente que reniega completamente de Argentina y gente que dice "extraño bocha, pero acá tengo una vida y allá no". Notablemente son hermanos.

Este texto empezó como una necesidad de poner en papel los flashes que tuve en Toulouse, pero creo que no va a ningún lado. Razón más que suficiente para cortarlo acá abruptamente.


Boquense en Francia XII -- Chau Bordeaux

Toulouse, 18/10, Tardenoche.

Esta mañana me fui de Bordeaux, básicamente por última vez, tras poco más de doce horas en la ciudad a la vuelta de París. Pude comprobar que no la extrañaba. Evidentemente carezco de raíces en esa ciudad en la que la he pasado al principio muy mal, luego bien y al último mes y pico simplemente me quería ir. Va a pasar un tiempo hasta que me agarre nostalgia de Bordeaux, pero supongo que va a ocurrir tarde o temprano.

Pero quería escribir sobre Bordeaux en general, porque creo que la última vez que lo hice fue mayo o a lo sumo junio. Y ahora puedo decir que conozco la ciudad, cosa que antes no.



Tren Toulouse --> Narbonne (Toulouse --> Barcelona 1/3), 22/10

El problema de couchsurfear es que cuando te sentás a escribir es altamente probable que te interrumpan y eso pasó el otro día. También tiene que ver que vengo atrasado con los textos: en este momento todavía no terminé el segundo post de París (que cuando esto se publique ya va a estar publicado), tengo también abierto el próximo, sobre la nostalgia y ni empecé a hablar ni de Toulouse ni de Albi. Ventajas y desventajas de la tecnología.

Intentemos retomar esta retirada de Bordeaux. El problema que tengo ahora es que tras pasar por Toulouse toda mi percepción de Francia cambió, pero voy a intentar mantenerme "en foco", tratando de escribir las ideas que tenía originalmente. Bordeaux es una ciudad muy cheta, y al mismo tiempo no lo es, si me permiten la pseudo paradoja. Creo que la socidead bordolesa está partida en dos o tres subgrupos que interactúan de formas que no termino de ver. La sociedad bordolesa tradicional es bastante de derecha, plata y tradición, no necesariamente en ese orden. Por otro lado hay una notable masa de estudiantes, que, cita textual de uno de ellos "hacen la suya". Por un tercer lado, lo que en Buenos Aires llamariámos "el turquerío", los inmigrantes y sus hijos directos, provenientes de todo el norte de áfrica, Turquía, Siria y el Líbano. Los separo a ellos y no a los demás africanos porque hay claramente un barrio árabe y no he notado un barrio negro. Esta tercer porción está más integrada con los primera, porque a diferencia de los estudiantes, vinieron de muy lejos para quedarse. Obviamente son los negros y los turcos los que hacen la mayor parte de los trabajos de clase baja, pero los magrebíes, libaneses, turcos y, en menor medida, los griegos son los reyes de la comida al paso en Francia: el Kebab. Podría hacer una disquisición acerca de los Kebabs, pero mejor uso otro post para eso y no me voy de tema acá.

Volvamos a Bordeaux. El resultado de esta triple sociedad es que tenés un centre-ville muy cheto, aunque con bares y pibes güeveando en las "plazas" (otro tema para otro post), muchos barrios residenciales de clase media de distintas alturas, en los que nunca hay nadie en la yeca, restoranes de muy diversos precios, desde kebabs a 2€ hasta menúes "oferta" de 25€, muchas residencias estudiantiles y especialemente el "campus" de Talence,una importante escuela de música y otra de circo y, como ya mencioné, el barrio árabe alrededor de la iglesia de San Miguel, donde a diferencia del resto de la ciudad, la vida transcurre en la calle.

Para el turista, Bordeaux se hace en un par de días. Ves los dos o tres lugares que hay que ver, vas al museo de Aquitania que es gratis, quizás hacés un picnic frente al río, si de casualidad caíste cuando hay alguna movida pública la aprovechas, probás dos o tres vinos y ta. Si tenés tiempo aprovechás para ir hasta Saint Emillion que es lindo pueblo y tiene más ricos vinos. Para vivir tenés que buscar un poco, pero encontrás movida y es tranquilo. Más te vale que, a diferencia del boludo que escribe, sepas andar en bici, porque es la ciudad más ciclista que he visto hasta el día de hoy.

Pensé que tenía más que decir de la ciudad, pero parece que no. Yo encontré mi grupito de gente conocida que, lamentablemente por lo social y felizmente por lo económico no los tenía cerca. Podría haber hecho muchas más cosas, pero hoy no estaría ante 20 o 30 días más de vacaciones. Al que vaya a Francia, le recomendaría, sí, ir a Bordeaux, en particular si lo que quiere es no hacer sólo París. Es una buena opción para darse el gusto de tomarse el TGV, conocer una ciudad importante, pero de provincia, probar ricos vinos, e incluso estirarse hasta uno o dos pueblitos más chicos y más "típicos".

Teóricamente en 10 minutos estoy en Narbonne, así que vamos a dar acá por concluído este post.


Boquense en Francia XI -- París, 2 de 2

Toulouse, 20/10/2013, a la tarde.

Físicamente cansado. Terminemos de hablar de París, así puedo terminar de escribir los otros textos que tengo a medio empezar en el cuaderno. Me quedan algunas cosas que contar de París. Bah, quedan muchas, pero en el texto anterior hablaba de algunas anécdotas que tengo anotadas y sólo pasé por la primera. Pero voy a tratar de incorporar las otras a breves relatos de los tres museos que fui y comentarios de los lugares que visité.

Notre Dame y Sacre Coeur no son, por dentro, iglesias particularmente lindas. Es decir, son lo top en su estilo, pero sigue sin ser un estilo que me guste demasiado. Sigo siendo hombre del barroco latinoamericano yo. De la Torre no hay mucho que decir que no se haya dicho ya. Nació... eh, digo, las fotos muestran lo que hay que ver, hay que estar ahí. Sí puedo decir que es más gris que lo que creía, la imaginaba más color óxido, o a lo sumo antióxido. El Arco del Triunfo (El arco, no un arco) es muuuu uuu uuuuy grande. Es notable cuántos de los monumentos de París son monumentos al ejército: El Arco, Invalides, el campo de Marte, la escuela militar, etc. El central de estos es el Arco, donde aparte de la glorificación de las campañas del Imperio, están el soldado desconocido, la placa a la recuperación de Alsacia y Lorena y otra placa más que ahora no me acuerdo qué tenía. Y aparte de eso me quedan tres lugares a los que fuí: Versailles, el museo de Orsay y el Louvre. Vamos por partes, sin invocar a Jack esta vez.

Realmente no se qué decir de Versailles. Ya pasó una semana, por algo cuando estaba en México trataba de escribir al día. Mi primer observación pública fue que es el monumento a la lamida de culo y debería explicar por qué. Luis XIV se hizo el palacio para autoalabarse, eso es clarísimo, pero todos los reyes y/o emperadores que vinieron después inisitieron sobre lo mismo. Y la verdad que llegado cierto punto resulta excesivo. "El rey arregla las finanzas" "El rey gobierna solo" "El rey ganó la batalla tal y cual", "El rey imparte justicia", pará un cacho. Aparte de eso, el palacio hoy es una mezcla de los viejos aposentos reales restaurados y mantenidos y de los diversos museos que se fueron haciendo en él, notablemente el museo de la guerra que armó Luis Felipe de Orleans, que tiene un cuarto con retratos de los muchachos del '92, y después varios cuadros con las más famosas batallas desde la vez esa que un rey alemán le prometió al barba que se hacía de la religión de su jermu (osea, cristiano) si el chabón se copaba y le tiraba un hueso en la batalla, hasta las últimas de Napoleón, esquivando obviamente todas las guerras civiles.

La visita me terminó agotando por exceso de gente. En realidad no me molesta tanto la gente en sí sino los grupos guíados, que ocupan mucho espacio todos juntos y te frenan la circulación. Pero con tanta acumulación de gente, una cosa simpática: gran porcentaje de la gente anda con las audioguías. En algunos lados estas tienen auriculares, pero en Versailles son como pequeños wakitokis que la gente lleva pegado al oído para escuchar qué están diciendo. El resultado, para los que la estamos mirando de afuera era que todo el mundo estaba escuchando el doparti en la spika, daba ganas de preguntar cómo iba Témperley.

Atrás del palacio están los famosos jardines, que se pagan aparte y te llevan la entrada de "a la pucha" a "¿no será mucho?". Son, obviamente, muy grandes, y de hecho hay una parte gigante que es pública, a la que no fui porque me alejaba de la salida y del tren, y ya se estaba empezando a hacer tarde y cansado. La parte paga que recorrí (que no llegó a ser toda) son un montón de "salas" "bosquetes"1 que aparentemente estaban pensados posta como salones al aire libre. Que supongo que usarían con suerte medio año, 8 meses si se abrigan mucho. Están bastante buenos, quizás con más tiempo y menos cansancio los hubiera disfrutado más mejor.



Tren Narbonne --> Figueres (Toulouse --> Barcelona 2/3), 22/10

Quedan dos o tres cosas de París: Los dos museos y los últimos días en el sur de la ciudad. Vamos a tratar de terminar de escribirlas en esta hora, mientras el tren va por al lado en medio de una laguna/campo inundado. Y yo que creía que para ir a España tenía que cruzar las montañas... Hay niebla también, así que sólo queda batirse escribir.

Volvamos mentalmente al Musee d'Orsay, que, inevitablemente, tiendo a pronunciar "orsai". Empecemos por hablar del "espacio", es decir, del edificio, en particular en tanto interior. Imagínense el hall de Constitución, pero sin negocios y con luz solar en vez de artificial. Es básicamente eso, un gigantezco hall que alguna vez fue una estación, al lado del senna (alto lugar para una estación, dicho sea de paso). Al centro hay un área con esculturas, y a los costados, en los dos primeros pisos, la muestra de pinturas de Francia entre, ponele, 1870 y 1914 o quizás 20. No necesariamente todos los artistas son franceses, pero el grueso de la muestra está centrada en la gente que exponía en las galerías que hoy llamaríamos independientes, es decir, por fuera de los salones y de la competencia por entrar al Louvre. Entre estos hay algún que otro extranjero, pero culturalmente son todos franceses.

Se levanta la niebla, pasamos por al lado de un castillo, a lo lejos se ven montañas, y yo sigo tratando de escribir de Orsay de memoria, por lo que seguro que me voy a olvidar cosas. Me acuerdo que hay dos o tres pisos de muebles y otros objetos de uno de mis estilos favoritos, Art nouveau que disfruté mucho; me acuerdo que había una muestra sobre un compositor Húngaro y su grupo de artistas amigos, de entre 1905 y 1920, muy interesante y muy otra cosa (expresionismo al palo); me acuerdo que hay conservados los salones de baile del hotel que estaba junto a la estación, y estoy convencido de que me olvido algo con respecto a las pinturas. Creo recordar que los expresionistas estaban en otro piso que los simbolistas y otros academicístas que andaban por la época.

Y recuerdo poco y nada de las esculturas, pero voy a hacer un "reclamo": Que vuelva de una puta vez la era de la escultura policromada. Basta de estatuas monocromas, ya sean blancas, de piedra o negras de metal. En el Louvre, del que ya estoy por hablar, no me apuren, vi que aún en el siglo XV y XVI se pintaban las figuras. Y hoy en día es bien sabido que las estatuas griegas y romanas estaban pintadas, las vemos blancas por el sol nomás. Digo todo esto porque ninguna de las muestras de escultura, la de Orsay y la del Louvre, me llamaron en absoluto la atención, excepto por una en Orsay que está hecha con piedras de distintos colores. No digo que dejen definitivamente de hacer esculturas monocromas, pero me encantaría ver un mínimo de variedad.

Bueno, vamos a por ese Louvre. El día de Orsay terminé muy cansado porque creo que no sólo había dormido poco sino que había comido mal. Para el otro día me había mudado a lo de un amigo donde comí mejor y dormí tranquilo, sin correr para ser de los primeros en entrar, por lo que pude encarar la nueva visita más descansado. El Louvre es al menos tres veces más grande que Orsay, y yo quería recorrerlo lo más completo posible. 7 horas estuve ahí adentro, recorrí diría que un 90 o 95% y no salí muerto, un poco cansado nomás.

El único lugar que definitivamente no fui es la parte de escultura, en particular la más moderna de Francia. Ver más arriba el por qué. Una vez más lo que sigue es de memoria, probablemente ponga una addenda al final del post cuando decida/pueda publicarlo, con la lista hecha siguiendo los volantes. Lo primero que hice fue bajar a la sección islam, para lo que pasé, si mal no recuerdo, por una parte de antigüedad etrusca, o algo así. Voy a decir desde el principio que el Louvre me gustó más que Orsay y eso es básicamente por la parte arqueológica y en particular por el material audiovisual. En particular en la parte esta estaban los restos de una tela copta teñida y acompañándola una serie de videos contando qué onda, y unos pilares con poesías una turca y la otra si mal no recuerdo persa. En los pilares está escrita y traducida, y hay una grabación de alguien leyéndola en la lengua original. Claramente no se entiende, pero se capta el ritmo y, si lo agarrás desde el principio, se puede apreciar que los traductores, al menos al español, respetaron ese ritmo en su versión. Gran idea, muy bien implementada.

Si mal no recuerdo, después de eso me dejé de hacer el rebelde y acepté encarar la larga galería de pintura italiana, que incluye, obviamente, a la Gioconda. El museo, de hecho, está señalizado con carteles de "La Gioconda está para allá", y hacia allá va la mayor parte de la gente. Ta, es un retrato, hay mucha gente alrededor, y posiblemente el laburo de guarda de esa parte del museo debe ser el más pior de todos, siempre hay un gringo que se cruza porque puede y giladas así.


Salió el sol, estoy en medio de las montañas y en cosa de 10' deberíamos llegar a Figueras. Probablemente ya esté en España. Como tengo que hacer una combinación medio a las apuradas, voy a cerrar ahora y seguiré después.



Barcelona, 23/10, mateando en el hostel.

A ver si terminamos esto de una vez. Un par de cosas más quiero comentar del Louvre aparte de que es enooooorme: la sección "original", donde están las salas palaciegas de las épocas monárquicas e imperiales, en particular el trono de Napoleón y las salas de gobierno de Luis Napoleón (el Perón de Francia), más, si mal no recuerdo, varias colecciones de Objects d'art, osea objetos cotidianos de diversas épocas y la sala Apolo, que todavía dice que fue la Asamblea Nacional en 1792 que la declaró museo. Aunque ahora no me acuerdo qué había ahí. Ah, y me llamó la atención también el conjunto de 12 o 24 cuadros (ya no me acuerdo cuántos) de Pedro Pablo Rubén Rubens, que cuentan alegóricamente la vida y pasión de María de Medici, regenta de Francia, una de las causantes de las ya famosas guerras de religión (toma II). Acá (allá, en Argentina, como quieran que lo escriba) nos hablan del Relato, vayan a Versailles o a esa sala del Louvre, van a ver lo que es Relato.

Y lo último que me queda es un comentario sobre la zona donde viví los últimos días, cerca de la puerta de Orleans, al sur de la ciudad propiamente dicha. Aparte de que en la misma cuadra vivió Lenín, creo que si les mostraba una foto y les decía que era Buenos Aires me creían casi sin duda. Lo único que la podían quemar son los carteles y que la vereda está asfaltada en vez de embaldosada, cosa que, en mi opinión, es horripilante.

Por supuesto, seguro que hay cosas que quedan en el tintero, pero después de cuánto, ¿tres días de escribir y cinco que me fuí de París? Después de eso ya no tengo mucho para agregar de memoria. Quizás en algún momento salga un fotopost con cosas que puedo haberme olvidado.




1Toda palabra terminada en "-ete" es inevitablemente ridícula, y sin embargo los españoles usan un montón

Boquense en Francia X -- París, 1 de 2

París, casa de couchsurfer, 13/10/2013, a la noche.
Transcripto y reescrito en el tren, 17/10/13 a la tarde, mientras me despido de París.

París se parece mucho a Buenos Aires. No, mal, no es que se parezcan una a la otra, y en todo caso Buenos Aires se parecería a París, es una cuestión ordéica. Pero desde que llegué a París tengo una constante sensación de familiaridad. Leila ya habló de esto en su post al respecto, o al menos espero que lo haya hecho para cuando yo publique esto que estoy escribiendo, pero veamos qué logramos.

Lo primero y más obvio que resulta similar es la arquitectura en general. Claramente Buenos Aires no tiene las construcciones monumentales de París, pero el estilo de cada edificio de cada calle podría perfectamente estar en Palermo, Congreso, Recoleta, el Centro e incluso barrios tradicionalmente menos franceses como Almagro, San Cristobal o San Telmo. Los detalles de las ventanas y las paredes son siempre muy similares. Las diferencias más fuertes son la ausencia del típico serrucho, porque acá todos los edificios son de la misma altura en la misma cuadra, y el caos de las calles que van cada una donde les pinta. Para colmo, también está arbolado con plátanos y tipas. Por poner un ejemplo que no se si tengo fotografiado, paseando por Montmartre llegué de pronto a la Rue Caulaincourt y dije "Pah, Coronel Díaz y/o Honduras!". Mismo estilo, mismos árboles, misma luz.

Pero no es sólo la arquitectura. Rubio más rubio menos, negro más negro menos1, la gente que uno ve en la calle se parece. En las fachas, las pilchas, las actitudes y los gestos, aunque las pilchas siempre prolijas y sin los gestos italianos. No se bien cómo explicarlo, es una sensación constante y que no ayuda nada a mi nostalgia. Cada vez que miro tengo que mirar de nuevo porque algo no concuerda.

También influye que hacían seis meses que no estaba en una ciudad grande, que no eran normales los edificios de más de cuatro o cinco pisos, las masas de gente por todos lados y el tráfico inevitable, los bondis y el subtemetro, andar mirando el mapa de queruza porque hay que cuidarse, la mugre en la calle, los alrededores de estación, el cielo medio escondido, bizarreadas como un inodoro en medio de la vereda, basura en la calle y gente revolviéndola, gente durmiendo en la calle, la ciudad despierta un domingo once de la noche.

Bueno y entonces, ¿en qué se distinguen París y Buenos Aires? Veamos. Una es obvia, se habla francés. Las siguientes son un poco más sutiles, pero notables: una, los cafés tienen las sillas una al lado de la otra detrás de la mesa mirando la calle en vez de enfrentadas, y en general tienen carteles de neón rojo y/o toldos bordó con letras blancas, mucho ventanal luz interior tranquila rojiza y paredes de madera oscura. Otra, la "negrada", son árabes (en el sentido más amplio de la palabra) o africanos (ídem). Los y las que atienden en los lugares turísticos, en el tren, los bondis, los que manejan los camiones de basura, etc. son muy mayoritariamente negros y negras (notablemente buena proporción de mujeres). Los árabes (turcos, libaneses, marroquíes, etc.) son más de la comida al paso. Lo que me recuerda que en algún momento voy a tener que escribir algo sobre la musulmanización de Francia, quizás cuando pueda comparar con España.



París, 14/10/2013, mañana casi mediodía.

Me senté en unas escalinatas en la dársena del arsenal (Basin de l'arsenal), pero ya no se qué quería escribir. Creo que en ningún momento puse punto por punto qué visité, ¿no? Listemos:

El viernes mi anfitrión me llevó al barrio latino (léase con el gesto correspondiente) a almorfar crêpe avec oeuf, jambon et fromage, que fuimos a comer en la arene de Lutece, un parque en las ruinas del anfiteatro romano. De ahí fuimos hasta el Jardin des plantes, donde está el museo de historia natural y el zoológico y donde anfitrión se fue a seguir su día. Ahí yo apliqué el algoritmo de Juan Salvo y me fui al Rio, donde me encontré coon la Gare d'Austerlitz que tiene la particularidad de que el metro sale del 1er piso y flashié Perdido Street Station. De ahí caminé por la ribera hasta la Île de la Cité y Notre Dame, donde entré y entré también al tesoro. A la salida fui hasta el Hôtel de ville, di ya no se qué vuelta, volví al rio y caminé hasta el Musee d'Orsay, sólo para mandarle una foto del mismo a Leila, y ahí tomé el metro de vuelta.

El sábado arranqué relativamente temprano y en metro a Sacre-Coeur en Montmartre, de ahí caminé hasta el Arco del Triunfo, de ahí a la Torre, más precisamente a su 2do piso (¡por escalera!), de ahí por atrá sde la escuela militar hasta Invalides, su explanada, los dos palacios (osea, del otro lado del rio) los Champs Elysees y las Tullerías hasta la puerta del Louvre, donde una vez más, metro y al mazo.

Domingo fue Versailles con complicaciones de transporte por estar una línea en travaux. Y hoy arranqué a desayunar al rio, frente a la Île de la cité y de ahí caminé cruzando la île de Saint-Louis (?) hasta la columnata de la Bastilla (notablemente un monumento a los trois gloriouses de 1830, no a 1789) y acá estoy, con las manos frías que piden parar de escribir y volver a caminar.



Tren París --> Bordeaux, 17/10/2013

Terminé de transcribir justo justo cuando el tren llega a la primer estación. Este no es directo, para en Saint Pierre des Corps (¿Tours?) y Angoulême antes de Bordeaux. Completemos la lista de recorridos:

De donde escribí eso seguí por el río básicamente hasta que se acabó París, osea, hasta que crucé el periférico, donde pegué un tercio de vuelta y de golpe me encontré en el chinatown de París, caminando de vuelta al depto donde estaba parando. Al rato arrancamos con el muchacho a caminar vía la Sorbona a un centro comercial a comprar unas cosas que el chabón necesitaba, y de ahí a encontrarnos con unos amigos suyos (Serbio y Coreano) con quienes fuimos a un bar mágico donde estaba 3€ la pinta + plato de papitas a la provenzal (papas de posta, no MacCain). La noche se hizo larga y yo me fui tras tres pintas bastante estiradas.

Martes fue Musee d'Orsay toda la mañana, a la salida fui hasta la Opera, y ai sí que no me sentí en Buenos Aires. Ese pedazo del 1er Arrondisement probablemente sea la parte de más plata de toda la ciudad y no se parece para nada a Buenos Aires, ni siquiera sus partes más ricas. Cuestión que di larga vuelta buscando dónde almorfar, hasta que encontré lo que estoy buscando hace medio año: ¡Pizza con gusto a pizza! Panza llena corazón contento, me volví al depto para mudarme a lo de un amigo de la facu, que me alojó hasta hoy.

Ayer miércoles, el día más espantoso de todos los que he estado en París, fui al Louvre y me recorrí, estimo que el 90%. 7 horas estuve ahí adentro, mientras afuera llovía, pero cuando salí se había despejado, aunque todo estaba empapado. Tan linda se había puesto la tardenoche que me quedé dando un par de vueltas por el centro, pese al cansancio, hasta llegar a saludar a Notre Dame y encontrarme por primera vez con la situación de no poder subir al metro porque estaba demasiado lleno, en la estación más linda que conocí, Cité.

Y hoy fue una mañana tranquila, salí a dar una vuelta por los alrededores del depto de Lean, gracias a lo que me encontré que a) es todavía más parecido a cualquier calle de Buenos Aires, b) en la misma cuadra vivió Lenin en 1908/9 (nunca me putié tanto por haber salido sin cámara) y c) a la vuelta hay un parque muuuuy buena onda. Y acá estoy, en el tren de vuelta a Bordeaux, para parar una noche y seguir a Toulouse.



Por supuesto que eso no es más que un recuento, casi estéril, de lo que vi e hice en París. Me pregunto por qué me cuesta tanto contar más profundamente. Quizás sea estar permanentemente en contacto, tecnología mediante, quizás sea que me exijo un nivel mayor que el que me exigía en México, quizás redondamente tengo fiaca. Me tengo anotadas algunas anécdotas que puedo contar, vamos a por ellas.

La primera la podriámos denominar "Las tres buenas acciones". Son microanécdotas que tienen las tres un tema en común: la otra persona hablaba castellano. Porque había mucha, mucha, mucha gente hablando en castellano.

Hablemos de eso antes: es increíble cuántos idiomas distintos habla la gente. A diferencia de Bordeaux, y para mi alegría, en París todo tiende a estar en francés, inglés y español, en vez de inglés solo o, en algunos casos, cualquier idioma menos español. Pero la cantidad de idiomas distintos que se escuchan en los lugares turísticos (Notre Dame, el Arco, la Torre, los museos) es sorprendente. Los planos del Louvre, que creo que son los más variados que vi, tenían esos tres idiomas, italiano, alemán, árabe, chino, japonés y polaco seguro, posiblemente ruso y portugués también, pero ahí ya no me acuerdo. Y pese a eso hay mucha gente que habla otras cosas, básicamente nunca sabés qué va a hablar el que tenés adelante. Más allá de eso, siendo justo el fin de semana del 12 de octubre, estaba particularmente lleno de españoles, y había muchos criollos de todo nuestro continente. Cuando me senté en las gradas de Notre Dame, el primer lugar realmente turístico en el que estuve, escuché español por todos lados como no me pasaba desde Ezeiza.

Volvamos a las tres buenas acciones. Domingo en Versailles, cola para sacar boleto de vuelta en la máquina automática. El camino "normal" para ir a Versailles es tomarse el RER (errier) C VICK, que termina en Versailles Château, pero resulta que el RER C estaba llegando sólo a las puertas de París, por lo que para volver había que tomar otro tren que no figura en las guías turísticas. Era tal el quilombo que en cada máquina había un/a empleada/o de la SNCF para ayudar a los turistas. Resulta que adelante mío había unos muchachos, estimo que del caribe, no recuerdo bien, que pensaban que el boleto salía los 1,70 que sale en París cuando en realidad sale 3,35, y tenían que pagar cash, es decir monedas, y obviamente no tenían la plata. Cuando entendieron la secuencia se encontraron con que tenían que hacer la cola entera de la boletería, alto garrón que les evité ofreciéndoles que me den la plata y pagar yo con mi carte. Buena acción del domingo.

El lunes como ya dije bajé a desayunar al rio, y después seguí caminando. Osea que cuando crucé la Île de nosequién, lo hice con el termo a cuestas, a la uruguaya. Y cuando tras pasar el rio crucé no se qué avenida medio en rojo, en la vereda me recibieron una cana con cara de "che, la bardeaste" y al mismo tiempo otra flaca que me preguntó asombrada (y con un acento que todavía no se de dónde es) "¿¿Dónde conseguiste el mate??" La buena acción son obviamente los dos mates salvadores que le cebé, justo cuando ella estaba yendo a comprarse yerba en algún lado del Quartier Latin.

Y la última es que caminando frente al palacio de justicia con anfitrión una chica con un mapa en la mano me para para hacerme una pregunta: "Excuse muá?". "¡Dime!", respondí yo. "¡Ah! ¿Hablas español?" la chica, aliviada que me hizo una pregunta que no supe responder, pero anfitrión sí. La pregunta que se deben haber hecho tanto la chica como anfitrión, de hecho él admitió que se lo había preguntado, es cómo me di cuenta que la flaca era criolla. Fácil: por el aplique de la bandera de Venezuela en la manga de la campera de uno de los flacos que estaba con la chica en cuestión.



Lo siguiente de lo que debería hablar es qué onda cada uno de estos lugares que estuve, al menos brevemente. Pero creo que lo voy a hacer más tarde y/o otro día. Llevo dos horas escribiendo básicamente sin parar y ya estoy un toquecín cansado.




1¿Pensaste que «negros más» aplicaba a Argentina? Erraste, andá y rezate tres inadinuestros en penitencia.

Boquense en Francia IX -- Al borde.

Generalmente cuando me siento a escribir tengo una idea al menos del primer párrafo, al menos de lo que quiero contar, o bien un cacho de texto escrito en papel. No es común que arranque a escribir así de cero en la máquina, sin tener mucha idea de a dónde voy.

Peo hoy estaba pensando que hace rato que no escribo, y que hace más de un mes que no escribo sobre Francia. De hecho hay un paseo, Cognac, que ni lo registré acá. Pero hoy es mi último día en la zapie, en un rato me voy a dejar un bolso a lo de unos amigos y cuando vuelva termino de cerrar la mochila, trato de dormir, y mañana arranco a viajar, tomándome un tren a París.

Al menos un mes de viaje. En mi cabeza eso no es más que un concepto teórico. No tengo mucha idea de cómo funciona eso. No se qué esperar. Sólo se que hace tres meses que lo estoy planeando y ansiando, que a partir de acá se termina el contar las moneditas, porque para esto las estaba contando, que se termina el tener un lugar fijo (¡y una cama en la que entro!) por, al menos, un mes. Sólo está definido el principio del itinerario, las próximas dos semanas por Francia (París, Toulouse) y el salto de ahí a Barcelona. De ahí en más no se sabe nada a ciencia cierta. No se cómo ni cuándo iré de Barcelona a Madrid. No se ni cómo ni cuándo iré a Andalucía, ni cuándo voy a terminar de organizarlo. No se si iré a Marruecos, ni cuándo lo voy a decidir. Menos todavía se cuándo vuelvo a Buenos Aires.

Sólo es seguro que en algún momento voy a estar en Barajas subiendo a un avión y al otro día ya voy a estar en Buenos Aires. Hasta ese momento, con casi total seguridad este blog vuelva a ser en papel, como en los viejos tiempos. Voy a ver si logro ser más o menos constante con él, como fui en México. Hoy en día la tecnología es distinta y a veces es más fácil tuitear giladas que agarrar el cuaderno y escribir, pero voy a tratar de evitarlo.

Así que será hasta la vuelta y la gran descarga, a partir de acá me vuelvo semi-analógico, y si no consigo 3G en España, analógico del todo. Que es como me gustan las vacaciones a mí.

Lo que yo vi en esos años.

El post del otro día, que arrancó como respuesta a un artículo del PO, me hizo acordar que yo hace muchos años que le vengo dando vueltas en la cabeza a este asunto de los '90, el rock, la militancia y demás yerbas. Al final del post anterior puse que es algo de lo que que yo sepa no se ha escrito, y sentí atrás al bichito diciendo "y, si nadie lo escribió escribilo vos", y acá estoy.

El problema es que ese "nadie" quiere decir más precisamente "nadie calificado", y yo creo que no estoy calificado, lo único que tengo a mi favor es que alguna vez lo pensé. Por un lado, no tengo la formación que creo que tendría que tener alguien que pueda escribir seriamente sobre la época. No se demasiado ni de sociología, ni de política, ni de música. Por otro lado la visión que tengo de la época es adolescente, a ras del piso, y sin siquiera patear demasiado la yeca. Por todo esto, dudo de todas y cada una de las cosas que afirmo, en particular cuando hablo de evoluciones, porque de lo que pasó antes básicamente no se nada. Quiero que al menos quede bien claro esto, así que voy a empezar por contar cómo llego yo a toda esta farsa del rocanrol.

Por cómo fui ingresando al rock y su(s) cultura(s), nunca tuve un referente que me cuente cómo eran las cosas antes, al menos no en mis años formativos. Mis primeros palotes con el rock fueron los discos de los Beatles, que estaban todos en casa, algunos repetidos, de las colecciones de mis viejos y después, uno de Los Gatos que tenía mi viejo (un compilado sin demasiado ton ni son, que ni tenía La Balsa). Para el '90 yo ya escuchaba FM y estuve justo ahí para el gran fenómeno de la época: Soda Stereo y, más puntualmente, Canción Animal. Todavía tengo todos los casets en algún lado (y Dynamo en CD) y todavía considero el del la 9 de Julio en el '91 mi primer recital. Pero eso era todo lo que sabía del rock nacional de los '80 hasta que llegó a mis manos el libro Corazones en Llamas, donde Laura Ramos, a quien yo junaba de los Buenos Aires Me Mata en el Sí, junto con otra autora cuyo nombre escapa etcétera, contaban la historia del rock de los '80 compilando reportajes a los protagonistas.

Hoy pienso que ese libro, que perdí hace muchísimos años, omite un pedazo de esa historia, pero ese libro me contó que había un montón de bandas de las que yo no tenía nada, y por algún motivo eso me llamó poderosamente la atención. Mis cuadernos de 6to y 7mo estaban llenos de nombres importantes como Sumo, Los Redondos, Charly y Soda aunque también algunos que hoy me dan cierta vergüenza como Zas, sin que yo hubiera escuchado casi nada de ellos. 1 En el '91 mi abuelo me regala un minicomponente con CD, más la promesa 20 pesos al mes y ahí empecé, casi sistemáticamente, a coleccionar los discos de toda esa gente de la que había leído en el libro. Empecé por Yendo de la Cama al Líving y no tardaron los Redondos, Sumo, sin salvarme del fenómeno que fueron 3er Mundo y, más aún, El amor Después del Amor de Páez.

En el '93 me pasaron dos cosas importantísimas, una bastante normal que fue empezar la secundaria y otra que me cambió completamente la cabeza con respecto al tema del que estamos hablando: empecé a escuchar FM La Boca. FM La Boca no era simplemente una radio que pasaba sólo rock nacional, no se parecía en nada a lo que después fue La Mega. Como era una radio independiente (o vulgarmente "trucha") pasaban básicamente lo que se les cantaba, no sólo hits y música más o menos comercial. No sólo era normal escuchar absolutamente todo el espectro del rock nacional de los '60 en adelante, sino que sonaban constantemente las bandas nuevas, las que tenían con suerte uno o dos discos, muchas de ellas independientes, y que gracias si juntaban 200 personas.

Así supe de la existencia de Bersuit Vergarabat, Los Visitantes, 2 Minutos2, Divididos, Las Pelotas, Hermética, Caballeros de la Quema, otra que yo pensaba que eran Los Guarros y me indignaba que me gustaran hasta que me entere que era nada menos que La Renga y la que fue mi banda de cabecera por muchísimos años, Los Piojos. Como para que entiendan cuánto hace de todo esto, todavía me acuerdo de escuchar la radio en el campo de deportes del secundario porque Los Piojos estaban presentando su disco nuevo, Ay Ay Ay. Que dicho sea de paso cuando lo compré escuchaba sólo 4 canciones (Arco, Ay Ay Ay, Te Diría y la cuarta te la debo), porque las demás me parecían demasiado tropicalosas y blandas, confirmado la sensación que había tenido al escuchar la radio. Bueno, qué quieren, era la época de Hermética, yo casi que era medio jevi.

Podría contar muchas cosas más de FM La Boca, pero lo que importa es que en el '93 había terminado la búsqueda, ilustrada con la sucesión de compras Martes Menta; Bersuit; Chac-tu-Chac. El siguiente paso fue empezar a ir a verlos en vivo, cosa que empezó con Los Piojos en el '95 (primera vez que tocaban en La Trastienda, después los llegué a ver un par de veces en Arpegios) y ya entre el '96 y el '97 iba seguido3. Siempre fui del palo más rocanrolero, y en esa época adolescente renegué completamente de Soda, que después de Canción Animal se había ido muy para el lado sónico que yo rechazaba por principios. Ahora que estoy grande siguen sin gustarme cosas como Babasónicos, IKV o El Otro Yo, pero en esa época era más que gustos, era una toma de posición adolescente.

Pero ya me estoy empezando a ir por las ramas de la memoria y la nostalgia. Mejor volvamos a hablar un poco más en general. Postulo que la propiedad distintiva del Rock Nacional de los '90 es que es el momento en que nuestro rock se independizó. Durante los (digamos) veinte años anteriores nuestros músicos y bandas, si bien aportan cosas propias siguen las tendencias de afuera. El rock nacional de los '70 es difícil de distinguir del rock anglosajón de la misma época, y la influencia del punk, el new wave y el primer heavy en los '80 es obvia. Y es razonable, los músicos de esas épocas tenían como única influencia posible a las bandas de afuera. Pero los pibes que formaron bandas a finales de los '80, lo hicieron mientras escuchaban y veían todo ese rock que tenían acá a mano. El resultado es qué mientras el rock moría lentamente en EEUU e Inglaterra (excepción hecha del grunge, y tampoco duró tanto esa historia), acá crecía y crecía.

Al mismo tiempo (y acá es donde empiezo a decir cosas de las que no estoy tan seguro) el rock se popularizaba, no en el sentido de que movía más gente, sino en el de cuál era la extracción social de esa gente y, más áun, de los músicos. Salvo ciertas excepciones, los músicos fundadores del rock eran gente más bien intelectual, lo que dicho sea de paso era la tendencia en todo el mundo. Eran gente que se juntaba a armar un proyecto musical, que escribía discos basados en libros de autores franceses, que tenían una información que había que traer físicamente de afuera, como cuenta David Lebón que fue el que trajo los discos de Hendrix de EE.UU. El público era gente como ellos o, en todo caso, pequeñas tribus urbanas en ciertos barrios. Para los '90 el rock, más precisamente el rocanrol, ya era definitivamente cosa de clase mediabaja y de barrio, tanto público como músicos.

La tradición más intelectual, por así llamarla, siguió adelante y con éxito comercial y de crítica en el ala sónica que mencioné antes. El tema del éxito de crítica no es menor, porque la crítica "especializada" era la misma que venía de antes, surgida de las movidas contraculturales de los '80 y nunca entendió ni aceptó el "nuevo movimiento". Ese conflicto musicosocial empezó ya a fines de la década, cuando los Redondos se empezaron a masificar, la banda abrazó a este público y el viejo público intelectual y, en muchos casos, periodístico, los defenestró. Hoy en día los llamaríamos "hipsters", pero creo que es más complejo el asunto, creo que los Redondos se dieron cuenta de lo que Luca había visto básicamente cuando llegó, eso de


Basta! Me voy rumbo a la puerta
Y después a un boliche a la esquina
A tomar una ginebra con gente despierta
Esta sí que es Argentina


Este público nuevo de este nuevo Rock Barrial sí que era Argentina, y venía entroncada en otra tradición. Porque para el '94, cuando La Renga llegaba por primera vez a un Obras que a los Redondos hacía rato que les quedaba chico y Divididos llenaba de a 8 veces juntas, la antipolítica se estaba convirtiendo en una cosa normal. Y los pibes buscaban4 formas de expresarse. En esos años empiezan a brotar murgas, centros culturales y grupos de teatro por todos lados5, porque la política, en la que se había canalizado esa energía durante las décadas anteriores, ya no estaba más. Es triste comparar las convocatorias de los cierres de campaña del '95 con los de los '80. Esa energía tenía que salir para algún lado y uno de esos lados fue el rocanrol.

Se creó una cultura que hablaba de que el músico tenía que ser independiente como los Redondos, de ir en banda con los trapos a los recitales, de diálogo entre el músico y el público y una identificación entre ambos que se basaba en que el que estaba abajo quizás a la semana estaba arriba.6 Eso llevaba a otra diferencia con los '80: si bien el Oeste siempre estuvo más con La Renga y el Sur con Los Piojos, nunca hubo una rivalidad que algunos periodistas quisieron agitar. Nada comparable a las diferencias entre Soda y Los Redondos, que eran ya cosa entre ellos, más allá de los gustos de cada público. La gente del rock de los '90 eramos una sóla parva que fue creciendo y creciendo durante la década, a finales de la cuál podía mover 100.000 personas a ver gratis a Divididos, o llenar dos River hasta la recontramanija para ver a Los Redondos.

El rocanrol era de lo poco que tenían(mos) como expresión mucha gente de esa época tan de mierda. Eran(mos) los desclasados, los que no se podían ir o nos quisimos quedar cuando arrancó la crisis y lo más razonable era ir a ganarse la vida fuera del país. Aunque por supuesto nada de esto era realmente consciente, simplemente era lo que había, era lo normal. Creo... no, no creo, tan solo quisiera creer, que mucha de esa energía hoy está de nuevo volcada a cierta militancia, sin detrimiento del rocanrol, porque por suerte la cultura no es un juego de suma cero.

No todo es color de rosa, por supuesto. Mucha gente se quedó sólo con la parte de las bengalas, el aguante y cuánta gente llevás y la música se perdió un poco. Creo que es por eso que de los sucesores de esta movida yo apenas rescato a Las Pastillas del Abuelo y si me apuran a Cielo Razzo, y creo que también es por eso que a nuestro rock le viene costando tanto recuperarse del golpazo que fue la catástrofe de Cromañón.

Pero eso, me parece, es tema de otro post.



1Digo casi nada porque una vez que fui a comprar casets de Soda a algún Musimundo me sobraban unos pesos y alguién me recomendó los 20 éxitos de Sui Generis.
2Ya no sos igual fue hit en la 90.1 antes que en otros lados, están en los agradecimientos y todo
3En particular a Los Piojos que los fui a ver cada vez que tocaron en capital o alrededores desde el primer Obras (bueh, la segunda de las dos fechas, pero detalles) sin faltar hasta... creo que el segundo Atlanta.
4Hablo en tercera persona porque yo venía de una familia de militantes y estaba en «el Colegio», así que mi situación era particular
5Y es la época en que reaparecen los jóvenes en el tango y el folclore.
6Literalmente, una semana fui a Divididos en Cemento y a la semana fui a La Covacha que había estado de público la semana anterior. No se si yo no toqué con La Covacha esa noche.