Generalmente cuando me siento a escribir tengo una idea al menos del primer párrafo, al menos de lo que quiero contar, o bien un cacho de texto escrito en papel. No es común que arranque a escribir así de cero en la máquina, sin tener mucha idea de a dónde voy.
Peo hoy estaba pensando que hace rato que no escribo, y que hace más de un mes que no escribo sobre Francia. De hecho hay un paseo, Cognac, que ni lo registré acá. Pero hoy es mi último día en la zapie, en un rato me voy a dejar un bolso a lo de unos amigos y cuando vuelva termino de cerrar la mochila, trato de dormir, y mañana arranco a viajar, tomándome un tren a París.
Al menos un mes de viaje. En mi cabeza eso no es más que un concepto teórico. No tengo mucha idea de cómo funciona eso. No se qué esperar. Sólo se que hace tres meses que lo estoy planeando y ansiando, que a partir de acá se termina el contar las moneditas, porque para esto las estaba contando, que se termina el tener un lugar fijo (¡y una cama en la que entro!) por, al menos, un mes. Sólo está definido el principio del itinerario, las próximas dos semanas por Francia (París, Toulouse) y el salto de ahí a Barcelona. De ahí en más no se sabe nada a ciencia cierta. No se cómo ni cuándo iré de Barcelona a Madrid. No se ni cómo ni cuándo iré a Andalucía, ni cuándo voy a terminar de organizarlo. No se si iré a Marruecos, ni cuándo lo voy a decidir. Menos todavía se cuándo vuelvo a Buenos Aires.
Sólo es seguro que en algún momento voy a estar en Barajas subiendo a un avión y al otro día ya voy a estar en Buenos Aires. Hasta ese momento, con casi total seguridad este blog vuelva a ser en papel, como en los viejos tiempos. Voy a ver si logro ser más o menos constante con él, como fui en México. Hoy en día la tecnología es distinta y a veces es más fácil tuitear giladas que agarrar el cuaderno y escribir, pero voy a tratar de evitarlo.
Así que será hasta la vuelta y la gran descarga, a partir de acá me vuelvo semi-analógico, y si no consigo 3G en España, analógico del todo. Que es como me gustan las vacaciones a mí.
Peo hoy estaba pensando que hace rato que no escribo, y que hace más de un mes que no escribo sobre Francia. De hecho hay un paseo, Cognac, que ni lo registré acá. Pero hoy es mi último día en la zapie, en un rato me voy a dejar un bolso a lo de unos amigos y cuando vuelva termino de cerrar la mochila, trato de dormir, y mañana arranco a viajar, tomándome un tren a París.
Al menos un mes de viaje. En mi cabeza eso no es más que un concepto teórico. No tengo mucha idea de cómo funciona eso. No se qué esperar. Sólo se que hace tres meses que lo estoy planeando y ansiando, que a partir de acá se termina el contar las moneditas, porque para esto las estaba contando, que se termina el tener un lugar fijo (¡y una cama en la que entro!) por, al menos, un mes. Sólo está definido el principio del itinerario, las próximas dos semanas por Francia (París, Toulouse) y el salto de ahí a Barcelona. De ahí en más no se sabe nada a ciencia cierta. No se cómo ni cuándo iré de Barcelona a Madrid. No se ni cómo ni cuándo iré a Andalucía, ni cuándo voy a terminar de organizarlo. No se si iré a Marruecos, ni cuándo lo voy a decidir. Menos todavía se cuándo vuelvo a Buenos Aires.
Sólo es seguro que en algún momento voy a estar en Barajas subiendo a un avión y al otro día ya voy a estar en Buenos Aires. Hasta ese momento, con casi total seguridad este blog vuelva a ser en papel, como en los viejos tiempos. Voy a ver si logro ser más o menos constante con él, como fui en México. Hoy en día la tecnología es distinta y a veces es más fácil tuitear giladas que agarrar el cuaderno y escribir, pero voy a tratar de evitarlo.
Así que será hasta la vuelta y la gran descarga, a partir de acá me vuelvo semi-analógico, y si no consigo 3G en España, analógico del todo. Que es como me gustan las vacaciones a mí.
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