Boquense en España IV -- Andalucía

Sevilla, 11/11, Cenando en una fonda cualquiera.

Estando teóricamente al día, y a un mes exacto de vacaciones, es decir, sin lugar fijo y gastando sin reponer, hablemos de Córdoba, Granada y esta Sevilla, al menos mientras la mano de.

Córdoba es un pueblito. Ha sido una de las ciudades más grande del mundo en su momento de esplendor, pero hoy es un pueblito percioso y enmarañado, más un pueblo sencillo alrdedor. Y en medio, la Mezquita. Bah, a un lado de la ciudad vieja, pegado al río Guadalquivir. La ciudad vieja está muy prolija y cuidada y al principio me pareció muy vacía. Después me di cuenta que lo que estaba pasando es que al entrar en Andalucía había vuelto a tierras Civilizadas: acá hay hora de la Siesta. Tras una tarde de perderme en las callecitas, a la mañana fui a la Mezquita.

La Mezquita es un espacio cerrado de una manzana aprox., un espacio como nunca he visto. No se si las fotos le hacen, no digo Justicia, una onda al menos. Porque una cosa es ver unas columnas con los dobles arcos o alguna foto de los detalles árabes o la iglesia que construyó Carlos V1 en el medio; y otra es estar ahí en Una Manzana de esas columnas, al punto de que no te das cuetna de que en medio está esa iglesia si no te acercás.

Digo todo esto porque de los tres "palacios",, la Mezquita de Córdoba, la Alhambra de Granada y el Alcázar de Sevilla, la Alhambra es lejos el más espectacular, pero la Mezquita (que los dueños actuales insisten en llamar "Catedral Central") es la que más me gustó, la que me parece más interesante. Pero hablemos de esa alhambra, cuya anécdota empieza en Córdoba, pues fue ahí, en ronda de mate, que me enteré que hay cupos limitados. Así que el día en cuestión, el sábado, madrugué y me fui corriendo desde el hostel hasta ahí arriba, para hacer la cola de la entrada. Y felizmente conseguí no sólo entrar (eso era bastatne probable), sino que conseguí turno temprano para los Palacios Nazaríes, que son la pieza fuerte del conjunto. Porque no engañarse, la Alhambra es una fortaleza grande, con castillos, palacios, hoteles, jardines, torres, diversos restos arqueológicos y muchos gatos. Y sí, los palacios Nazaríes son todo lo que se dice que son, y los patios y los trabajos en las paredes y los techos y las fuentes son todo lo bellos que tantos poetas dicen que son. Y el castillo merece verse y merece mirarse de ahí a la ciudad de la que voy a hablar en breve, y las dependencias más "modernas" acompañan muy bien al conjunto. Pero no es nada inimaginable como es la Mezquita.

Lo que sí le da ventaja a Granada, y lamento haberlo disfrutado poco es la ciudad mucho más viva. El barrio viejo (Albayzin) está claramente habitado y en movimiento, hay grafitis, carteles de protesta por el estado del barrio, movidas culturales; y en el centro muchísima gente a la noche del viernes, muchísimos bares (entre eso "La Bella y La Bestia") y mucha movida de estudiantes.

Claro que si hablamos de movida, hay que hablar de mi nueva ciudad favorita en este viaje: Sevilla. Sevilla es una ciudad grande en la que hay música en las calles2, clases de rollers para nnes en los parques centrales, construcciones espectaculares como la Plaza España, la Catedral y la Giralda, el Alcázar, las mil y una iglesias, la Torre de Oro, barrios (Barrios) como Sangta Cruz, el viejo centro y Triana, mil bares y ningún kebab; un lugar, la Alameda de Hércules, con los pibes de los barrios haciendo la suya hasta tarde y tda la onda general de los andaluces, que claramente son mis españoles favoritos.

Pero así como tuvieron que pasar unos días para tratar de hablar de Barcelona y Madrid, dejemos asentar este Sevilla que claramente voy a visitar un rato a la vuelta, aunque sea para despedirme del Patio de San Eloy.



1Carlos I en España, pero él se decía quinto, como demuestra la inscripción en el palacio que hizo construír en la Alhambra.
2Por ejemplo el guitarrista que estaba al lado del Alcazar, que casi me hace llorar, y que no tenía gorra, sólo vendía sus discos

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