La Poesía y yo


En mi post previo sobre lo mucho que disfruto los textos por si solos, mi Muy Querida amiga Guádix, comentó qué notable le resultaba que, pese a compartir ese disfrute, no le guste la poesía. Esto es lo bueno de hablar estas cosas con otra gente. A mí tampoco me gusta la poesía, pero jamás de los jamases lo había relacionado con el disfrute de los textos en sí. Pero tiene todo el sentido. ¿Cómo puede ser que gustándome tanto los textos no me guste la poesía?

La realidad es que no es que no me guste. Es que sencillamente nunca la supe leer. Yo en realidad leo bastante por arriba, hasta que de golpe no entiendo algo y vuelvo a leer ese párrafo u oración que se me escapó. El problema que tengo cuando leo poesía es que ese método no funciona. Si leés así por arriba sencillamente no entendés un carajo.

Creo que la clave de la supuesta contradicción está en algo que dije en el otro post: este disfrute del texto no es algo de lo que me de cuenta inmediatamente, sino que después de leer un rato lo reconozco. La poesía es mucho más inmediata. Ahora, ya, el que la agarra la agarra y el que no, se embroma;

Una de las primeras veces que noté que tenía una relación "rara" con la poesía fue en la secundaria. Tuvimos a la misma profesora de Latín desde 2do hasta 4to, y queríamos tanto que la pedimos para castellano en 5to. Y un día nos enteramos de que venía la clase nro. 100 y nos pareció una excelente oportunidad para perder una clase. La mina estuvo de acuerdo, pero si hacíamos una "fiesta de textos". Osea, cada uno tenía que traer algo para leer. La abrumadora mayoría de los que trajeron algo trajeron poesía, y diría que una importante mayoría de esos trajeron Neruda. Claramente yo estaba en la minoría, y ahí me di cuenta que jamás me había propuesto leer poesía. Y ahí empecé a intentar, calculo que con Neruda.

Y al día de hoy no lo he logrado. Creo que me leí en algún momento uno de los libros de Neruda (los 20 poemas y la canción) pero no recuerdo básicamente nada. Ya a esta altura desistí. No le encuentro la vuelta y no creo encontrársela alguna vez.

4 comentarios:

  1. A mi, que tampoco puedo leer poesía, me sirvió ver obras de teatro en verso. Fue lo más cercano que tuve con ese género.
    Y si no, para poético siempre hay un panqueque de dulce de leche.

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  2. Una vez cuando tenia como 13 años un profesor (!!) me prestó Rimas y Leyendas de Becquer, y recuerdo que no me gustó para nada. Poesia y encima extra cursi.
    La única que me gusta es la poesía de EAP, esa sí, pero debe ser por lo oscura.

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  3. En la secundaria tenía un compañero que leía a Becquer pa' después citarselo a las minitas.

    Conclusión: Tu profesor te quería levantar. O quería que te lo levantes. O algo así.

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  4. Yo no creo que me guste o no la poesía. No la leo sistemáticamente porque tiendo a no entenderla, prefiero la prosa.

    Excepciones: el Martín Fierro, el de Quevedo sobre el dinero, el de l´hermanite sobre Adamo, alguno más que ahora no me acuerdo.

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