¿Qué te crees vos?

Hablemos de la Suspensión Voluntaria del Escepticísmo. También llamada suspensión de la incredulidad o del espíritu crítico, es eso que hace que cuando en una película/cuento/poema/novela/etc. aparece, ponele, un unicornio, lo aceptemos como parte de la historia. Como me dice acá el amigo Cerrutti, son las ganas de agarrar viaje con la historia que tiene uno.

Esta suspensión es más que una convención entre el autor y el receptor. Todos sabemos en forma más o menos consciente que cualquier autor, por definición, te está mintiendo. La ruptura de esta suspensión voluntaria lo que hace es recordarte que estás leyendo o mirando o participando en una mentira, y te arruina el momento. Por ejemplo cuando en una serie o película se nota demasiado que el monstruo es un tipo con un traje de goma. Fue, ya no te podés tomar nada en serio, pese a que sabés que en todas las películas que viste tenía tipos con trajes de goma o personajes hechos con computadoras. Una vez que apareció algo inaceptable, una vez que se te prendieron las alarmas ya no las podés apagar, te "fuiste" de la historia y ahora sólo estás mirando una película.

En algunos medios esta suspensión es más sutil y más frágil a la vez. En los videojuegos tenemos lo que se llama "Inmersión". No es que uno está moviendo un muñequito que hace tal o cuál cosa, es uno el que está paseando por un dibujito, o pateando helicópteros, o asesinando enemigos con mortal silencio. Ni bien hay algún problema técnico que te frena las animaciones, los personajes se cruzan mal con las paredes o, más importante aún, los controles te responden mal, chau, se rompió la ilusión. y el juego es una porquería en el mejor de los casos, una frustración en el peor.

Este espíritu crítico es algo que tenemos de muy chicos. Hay experimentos que muestran que bebés, pre habla, aceptan que un círculo con una carita dibujada se meta en un lugar y acomode unos cosos, pero no que un círculo plano haga lo mismo. Poder suspender nuestro espíritu crítico es fundamental para poder participar de algo tan importante para el ser Persona como es contarnos historias. No poder suspender ese espíritu crítico es básicamente una enfermedad, o al menos limitación, mental.

Pero lo que me resulta interesante, lo que me movió a escribir al respecto, es que esta voluntad no sólo tiene un límite, sino que ese límite es variable en cada lector/oyente/espectador/receptor, y más aún, lo que te rompe ese escepticísmo puede ser increíblemente ridículo. Un ejemplo particular inspira este post y es el siguiente: en cierto libro que no voy a nombrar porque es apenitas spoiler y ni eso quiero espoilear, hay una sociedad fuertemente matriarcal y en la que el sexo no sólo es libre, sino casi cotidiano. Hasta acá todo bien. El tema es que cogen tanto que no entienden la correlación entre sexo y embarazo. Creen que las mujeres quedan embarazadas básicamente porque sí. Nop, eso no me lo creo. Y eso que en el mismo libro hay magia, hay dragones, 5 páginas después hay un árbol de hojas literalmente filosas como navajas, pero eso no me lo creo. Y entiendo por qué el tipo pone eso, en una sociedad matriarcal donde no se sabe que el sexo produce embarazos, el hombre es completamente inútil e inferior, y el protagonista del libro es hombre y tirarlo en esa sociedad es fuerte. Pero a mí me resulta demasiado traído de los pelos ese detalle. Lo perdono y sigo adelante, pero porque me gusta el libro y es precisamente sólo un detalle.

¿Pero por qué ese detalle me saca y el resto del libro no? Desde el momento en que agarré el libro estaba dispuesto a aceptar magos, guerreros, dragones y todo lo que viene casi de base en un libro de fantasía pseudo medieval. Tampoco es que yo tenga mucha idea de cuándo se descubrió en el mundo real la correlación entre sexo y embarazo, ni si hay alguna correlación entre ese descubrimiento y el fin del matriarcado, ni ninguna otra consecuencia, causa y/o daños colaterales. No soy el -ólogo correcto para saber eso. Simplemente me hace ruido.

Por eso es interesante el tema. Qué rompe el espíritu crítico de cada uno es un misterio, difícil de anticipar. Puede pasar que alguien lea un libro sobre unicornios que viajan en sillones voladores y se crea el unicornio, pero no el sillón, o al revés. Supongo que el autor debe saber que todo lo que escriba puede ser rechazado con alguien. La cosa es no romperles esa voluntad a todos al mismo tiempo. O si lo vas a hacer hacerlo bien bien exajerado, de forma tal que no te lo creés, pero lo aceptás porque sabés que el autor no esperaba que te lo creas. Te hacés cómplice del autor de alguna manera.

A todos los lectores que hayan llegado hasta acá les agradezco haber suspendido voluntariamente el escepticísmo de que yo pueda llegar a algo en un post.

2 comentarios:

  1. A veces es como una desconexión que te permitis del cerebro, como un "modo descanso". A mi me pasa con doctor who, y a veces (mas que nada en las temporadas viejas) me encanta que se noten los muñecos... Eso si, no hay mejor sensación que la del transporte/descanso de la realidad que te produce ser complice de las mentiras de un escritor, o serie.

    abrazo

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    1. Maldición. Mientras escribía eso pensaba justamente en los Dr. Who viejos como contraejemplo, esperaba que nadie lo mencionara :)

      Abrazo.

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