La bolilla que faltaba

Cuando terminé la serie sobre mis 20 (+3) libros favoritos, iba a agregar dos posts más con menciones especiales. Uno con más libros de los mismos autores, otro con autores que quedaron afuera. Todavía puede pasar que los escriba.

Pero uno de los que entraba en el segundo grupo era Neil Gaiman. En este grupo entraban unos pocos autores que me gustan mucho pero de los que no había leído ningún libro así "superior". Bueno, de Neil Gaiman acabo de leer uno. Y acabo de bajarme medio sin comer un porrón de cerveza, y estoy considerando abrir el otro. Así que esto sale en caliente, y con una fresca encima.

El libro en cuestión es American Gods, (Dioses Americanos), edición especial del décimo aniversario. No se si sacaría alguno de los que están en la lista, ni se dónde iría. Ahora en caliente y sin repasar la lista, diría que anda pegando en el palo del top 10, no se si entrando o saliendo.

Es un libro que quisiera que todos lean. Si eso no alcanza para meterlo en la lista de mi favoritos, no se qué alcanzará. Para los amantes de los géneros y las definiciones, que no se qué hacen leyendo este blog, es "fantasía urbana", que es el nombre de los libros de fantasía que transcurren en el presente y no en el pseudo medioevo de los clones de Tolkien. Y si agarrás distraído a alguno puede ser el género de algunos libros de Jorge Amado, Marechal o García Márquez. Pero no divaguemos.

Este libro, en realidad es muchas cosas al mismo tiempo. Es un libro sobre dioses viejos y nuevos, sobre Estados Unidos (que ponele que le perdonamos que le llame America, pero eso es tema para otro párrafo), sobre inmigrantes, sobre mitologías y folclores. Tiene misterios en todos los sentidos de la palabra: arcano, secreto, acertijo, intriga, sombra, silencio, mística. Tiene road movies, romances, batallas, paisajes y todos los climas. Y un argumento que parece una cosa, termina siendo otra, y en realidad era una tercera.

Y salpicados por ahí y por allá, relatos cortos sobre los dioses que fueron cruzando los mares hacia Norteamérica. Y aquí, un pequeño desvío en esta reseña. Hasta el momento en que leí este libro, me parecía que me gustaban más los textos cortos de Gaiman que sus novelas. Ahora creo que quizás con Los hijos de Anansi me jugó en contra la traducción, o no era lo que esperaba o quizás simplemente no me gustó demasiado; y sus otras novelas que leí son novelas juveniles que esas nunca me gustan tanto. Por otro lado leí un par de libros suyos de cuentos, M is for Magic y Smoke and Mirrors y 90% de los textos en esos libros me volaron la cabeza. Si bien American Gods es una novela del carajo y me saca la idea de que no me gustan tanto las novelas de este autor, estos relatos más cortos que aparecen me dejan la duda sobre qué me gusta más. Son pequeños barroquismos, obras dentro de la obra, cada uno de la misma calidad que la obra mayor, a su manera. Admitámoslo, como duda no está nada mal.

Como dije más arriba, este es un libro sobre Estados Unidos. Desconozco cuánto de lo escrito ahí vale para Canadá, y por eso estoy evitando decir "norteamérica". Pero una cosa es clara, y es que no corre en el resto de américa, nuestra América Americana. La America (así, sin tilde) del libro es terreno estéril para los dioses, tanto los viejos como los nuevos. La nuestra, no hace falta decirlo, no lo es. Me hubiese molestado un poco esa generalización, si no fuera porque en uno de los relatos queda claro que los dioses del África, los que viajaron en las bodegas de los barcos esclavistas, tuvieron problemas para asentarse en EE.UU., aún en la Nueva Orleans del voudou, pero no en, por ejemplo, Haití.

Así que el primer libro que hubiese entrado en los 20, leído después de terminar la lista, es un libro de un inglés emigrado a EEUU y escribiendo sobre ese país, sobre la inmigración y sobre los dioses que acompañan a los inmigrantes. Detalles. Es una gran historia, con más vueltas que el mayor carrousel del planeta. Es una novela donde me atrevería a decir que todos los personajes son interesantes, todos generan alguna reacción más o menos visceral. Es un relato con imágenes variadas y hermosamente pintadas, desde lo surrealista hasta lo horrorista. Es un libro con kilos de cultura encima, pero donde esta cultura es secundaria respecto a la historia, sus personajes y sus imágenes. Es un libro sobre los mestizajes que se logran y los que no; sobre cómo no todo es como uno cree que es, y al mismo tiempo todo es como uno cree que es, porque uno cree que es así. Quizás hasta es un libro barroco.

Es un libro que les quiero prestar a todos.

En el fondo eso es todo lo que quería decir.



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