Ser "turista" es, para algunos, una definición que quisieramos evitar. La imágen típica del turista es de alguien fuera de lugar, e incluso molesto. Típicamente gringo o japonés, vestido "de otra forma", con la cámara encima y muchas veces sin siquiera tratar de hablar el idioma. Algunos lugares tienen su versión "real" y su versión "para turistas", también conocida como "Very typical".
Sin ir más lejos, Buenos Aires tiene una versión donde el tango se baila con acrobacias por el aire, La Boca es una cuadra pintada de colores y Puerto madero es un lugar importante donde se come bien. Algunas personas vienen buscando esa versión de la ciudad, sin intención de conocer la real. Otros pensamos que, si eso es ser turista, mejor nunca salir del barrio.
Pero, la real realidad es que cuando salimos, por más que busquemos conocer la versión real de los lugares y no la empaquetada, somos turistas y punto. Aún a los pueblos más chicos es imposible conocerlos en 3 o 4 días. No sólo no sabemos lo que es ese pueblo en invierno (o verano, o primavera, u otoño), ni estamos en las fiestas patrias o de los fines de año, ni estuvimos en las elecciones. Tampoco conocemos al almacenero, ni sabemos el nombre de todos los rincones, ni fuimos ahí a la escuela. Crecer en un lugar es muy distinto a vivir un tiempo en el mismo lugar y ambos son muy distintos a visitar un par de días. Y por más que querramos participar, sólo somos turistas, y mañana o pasado o a lo sumo la semana que viene nos vamos.
Así que en todo caso nos corresponderá mostrar al lugareño que todavía existimos turistas en busca de la Posta.
Yo siempre trato de ser una "turista" distinta... Pero como decís vos: siempre somos turistas. Eso no se nos quita.
ResponderBorrarmuy agudo lo suyo, hijo :)
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