Boquense en Francia XI -- París, 2 de 2

Toulouse, 20/10/2013, a la tarde.

Físicamente cansado. Terminemos de hablar de París, así puedo terminar de escribir los otros textos que tengo a medio empezar en el cuaderno. Me quedan algunas cosas que contar de París. Bah, quedan muchas, pero en el texto anterior hablaba de algunas anécdotas que tengo anotadas y sólo pasé por la primera. Pero voy a tratar de incorporar las otras a breves relatos de los tres museos que fui y comentarios de los lugares que visité.

Notre Dame y Sacre Coeur no son, por dentro, iglesias particularmente lindas. Es decir, son lo top en su estilo, pero sigue sin ser un estilo que me guste demasiado. Sigo siendo hombre del barroco latinoamericano yo. De la Torre no hay mucho que decir que no se haya dicho ya. Nació... eh, digo, las fotos muestran lo que hay que ver, hay que estar ahí. Sí puedo decir que es más gris que lo que creía, la imaginaba más color óxido, o a lo sumo antióxido. El Arco del Triunfo (El arco, no un arco) es muuuu uuu uuuuy grande. Es notable cuántos de los monumentos de París son monumentos al ejército: El Arco, Invalides, el campo de Marte, la escuela militar, etc. El central de estos es el Arco, donde aparte de la glorificación de las campañas del Imperio, están el soldado desconocido, la placa a la recuperación de Alsacia y Lorena y otra placa más que ahora no me acuerdo qué tenía. Y aparte de eso me quedan tres lugares a los que fuí: Versailles, el museo de Orsay y el Louvre. Vamos por partes, sin invocar a Jack esta vez.

Realmente no se qué decir de Versailles. Ya pasó una semana, por algo cuando estaba en México trataba de escribir al día. Mi primer observación pública fue que es el monumento a la lamida de culo y debería explicar por qué. Luis XIV se hizo el palacio para autoalabarse, eso es clarísimo, pero todos los reyes y/o emperadores que vinieron después inisitieron sobre lo mismo. Y la verdad que llegado cierto punto resulta excesivo. "El rey arregla las finanzas" "El rey gobierna solo" "El rey ganó la batalla tal y cual", "El rey imparte justicia", pará un cacho. Aparte de eso, el palacio hoy es una mezcla de los viejos aposentos reales restaurados y mantenidos y de los diversos museos que se fueron haciendo en él, notablemente el museo de la guerra que armó Luis Felipe de Orleans, que tiene un cuarto con retratos de los muchachos del '92, y después varios cuadros con las más famosas batallas desde la vez esa que un rey alemán le prometió al barba que se hacía de la religión de su jermu (osea, cristiano) si el chabón se copaba y le tiraba un hueso en la batalla, hasta las últimas de Napoleón, esquivando obviamente todas las guerras civiles.

La visita me terminó agotando por exceso de gente. En realidad no me molesta tanto la gente en sí sino los grupos guíados, que ocupan mucho espacio todos juntos y te frenan la circulación. Pero con tanta acumulación de gente, una cosa simpática: gran porcentaje de la gente anda con las audioguías. En algunos lados estas tienen auriculares, pero en Versailles son como pequeños wakitokis que la gente lleva pegado al oído para escuchar qué están diciendo. El resultado, para los que la estamos mirando de afuera era que todo el mundo estaba escuchando el doparti en la spika, daba ganas de preguntar cómo iba Témperley.

Atrás del palacio están los famosos jardines, que se pagan aparte y te llevan la entrada de "a la pucha" a "¿no será mucho?". Son, obviamente, muy grandes, y de hecho hay una parte gigante que es pública, a la que no fui porque me alejaba de la salida y del tren, y ya se estaba empezando a hacer tarde y cansado. La parte paga que recorrí (que no llegó a ser toda) son un montón de "salas" "bosquetes"1 que aparentemente estaban pensados posta como salones al aire libre. Que supongo que usarían con suerte medio año, 8 meses si se abrigan mucho. Están bastante buenos, quizás con más tiempo y menos cansancio los hubiera disfrutado más mejor.



Tren Narbonne --> Figueres (Toulouse --> Barcelona 2/3), 22/10

Quedan dos o tres cosas de París: Los dos museos y los últimos días en el sur de la ciudad. Vamos a tratar de terminar de escribirlas en esta hora, mientras el tren va por al lado en medio de una laguna/campo inundado. Y yo que creía que para ir a España tenía que cruzar las montañas... Hay niebla también, así que sólo queda batirse escribir.

Volvamos mentalmente al Musee d'Orsay, que, inevitablemente, tiendo a pronunciar "orsai". Empecemos por hablar del "espacio", es decir, del edificio, en particular en tanto interior. Imagínense el hall de Constitución, pero sin negocios y con luz solar en vez de artificial. Es básicamente eso, un gigantezco hall que alguna vez fue una estación, al lado del senna (alto lugar para una estación, dicho sea de paso). Al centro hay un área con esculturas, y a los costados, en los dos primeros pisos, la muestra de pinturas de Francia entre, ponele, 1870 y 1914 o quizás 20. No necesariamente todos los artistas son franceses, pero el grueso de la muestra está centrada en la gente que exponía en las galerías que hoy llamaríamos independientes, es decir, por fuera de los salones y de la competencia por entrar al Louvre. Entre estos hay algún que otro extranjero, pero culturalmente son todos franceses.

Se levanta la niebla, pasamos por al lado de un castillo, a lo lejos se ven montañas, y yo sigo tratando de escribir de Orsay de memoria, por lo que seguro que me voy a olvidar cosas. Me acuerdo que hay dos o tres pisos de muebles y otros objetos de uno de mis estilos favoritos, Art nouveau que disfruté mucho; me acuerdo que había una muestra sobre un compositor Húngaro y su grupo de artistas amigos, de entre 1905 y 1920, muy interesante y muy otra cosa (expresionismo al palo); me acuerdo que hay conservados los salones de baile del hotel que estaba junto a la estación, y estoy convencido de que me olvido algo con respecto a las pinturas. Creo recordar que los expresionistas estaban en otro piso que los simbolistas y otros academicístas que andaban por la época.

Y recuerdo poco y nada de las esculturas, pero voy a hacer un "reclamo": Que vuelva de una puta vez la era de la escultura policromada. Basta de estatuas monocromas, ya sean blancas, de piedra o negras de metal. En el Louvre, del que ya estoy por hablar, no me apuren, vi que aún en el siglo XV y XVI se pintaban las figuras. Y hoy en día es bien sabido que las estatuas griegas y romanas estaban pintadas, las vemos blancas por el sol nomás. Digo todo esto porque ninguna de las muestras de escultura, la de Orsay y la del Louvre, me llamaron en absoluto la atención, excepto por una en Orsay que está hecha con piedras de distintos colores. No digo que dejen definitivamente de hacer esculturas monocromas, pero me encantaría ver un mínimo de variedad.

Bueno, vamos a por ese Louvre. El día de Orsay terminé muy cansado porque creo que no sólo había dormido poco sino que había comido mal. Para el otro día me había mudado a lo de un amigo donde comí mejor y dormí tranquilo, sin correr para ser de los primeros en entrar, por lo que pude encarar la nueva visita más descansado. El Louvre es al menos tres veces más grande que Orsay, y yo quería recorrerlo lo más completo posible. 7 horas estuve ahí adentro, recorrí diría que un 90 o 95% y no salí muerto, un poco cansado nomás.

El único lugar que definitivamente no fui es la parte de escultura, en particular la más moderna de Francia. Ver más arriba el por qué. Una vez más lo que sigue es de memoria, probablemente ponga una addenda al final del post cuando decida/pueda publicarlo, con la lista hecha siguiendo los volantes. Lo primero que hice fue bajar a la sección islam, para lo que pasé, si mal no recuerdo, por una parte de antigüedad etrusca, o algo así. Voy a decir desde el principio que el Louvre me gustó más que Orsay y eso es básicamente por la parte arqueológica y en particular por el material audiovisual. En particular en la parte esta estaban los restos de una tela copta teñida y acompañándola una serie de videos contando qué onda, y unos pilares con poesías una turca y la otra si mal no recuerdo persa. En los pilares está escrita y traducida, y hay una grabación de alguien leyéndola en la lengua original. Claramente no se entiende, pero se capta el ritmo y, si lo agarrás desde el principio, se puede apreciar que los traductores, al menos al español, respetaron ese ritmo en su versión. Gran idea, muy bien implementada.

Si mal no recuerdo, después de eso me dejé de hacer el rebelde y acepté encarar la larga galería de pintura italiana, que incluye, obviamente, a la Gioconda. El museo, de hecho, está señalizado con carteles de "La Gioconda está para allá", y hacia allá va la mayor parte de la gente. Ta, es un retrato, hay mucha gente alrededor, y posiblemente el laburo de guarda de esa parte del museo debe ser el más pior de todos, siempre hay un gringo que se cruza porque puede y giladas así.


Salió el sol, estoy en medio de las montañas y en cosa de 10' deberíamos llegar a Figueras. Probablemente ya esté en España. Como tengo que hacer una combinación medio a las apuradas, voy a cerrar ahora y seguiré después.



Barcelona, 23/10, mateando en el hostel.

A ver si terminamos esto de una vez. Un par de cosas más quiero comentar del Louvre aparte de que es enooooorme: la sección "original", donde están las salas palaciegas de las épocas monárquicas e imperiales, en particular el trono de Napoleón y las salas de gobierno de Luis Napoleón (el Perón de Francia), más, si mal no recuerdo, varias colecciones de Objects d'art, osea objetos cotidianos de diversas épocas y la sala Apolo, que todavía dice que fue la Asamblea Nacional en 1792 que la declaró museo. Aunque ahora no me acuerdo qué había ahí. Ah, y me llamó la atención también el conjunto de 12 o 24 cuadros (ya no me acuerdo cuántos) de Pedro Pablo Rubén Rubens, que cuentan alegóricamente la vida y pasión de María de Medici, regenta de Francia, una de las causantes de las ya famosas guerras de religión (toma II). Acá (allá, en Argentina, como quieran que lo escriba) nos hablan del Relato, vayan a Versailles o a esa sala del Louvre, van a ver lo que es Relato.

Y lo último que me queda es un comentario sobre la zona donde viví los últimos días, cerca de la puerta de Orleans, al sur de la ciudad propiamente dicha. Aparte de que en la misma cuadra vivió Lenín, creo que si les mostraba una foto y les decía que era Buenos Aires me creían casi sin duda. Lo único que la podían quemar son los carteles y que la vereda está asfaltada en vez de embaldosada, cosa que, en mi opinión, es horripilante.

Por supuesto, seguro que hay cosas que quedan en el tintero, pero después de cuánto, ¿tres días de escribir y cinco que me fuí de París? Después de eso ya no tengo mucho para agregar de memoria. Quizás en algún momento salga un fotopost con cosas que puedo haberme olvidado.




1Toda palabra terminada en "-ete" es inevitablemente ridícula, y sin embargo los españoles usan un montón

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