Boquense en Francia VI -- Dando vueltas sin escribir.

Algún/os días de la semana del 9 al 15 de Junio -- en la zapie y en el laburo

Estoy escribiendo muy poco y nada, che.

Es que llegado un punto estar acá en Bordeaux se converte en rutina y escribir sobre la rutina es aburrido. Claro que tampoco escribí nada sobre Sarlat, ni sobre Arcachon, ni sobre la fiesta del río, ni sobre todos los lugares a los que quiero ir, ni sobre otros proyectos que tengo y/o quiero tener.

Pues comentemos los casos entonces. Sarlat, como habrán visto y he comentado en las fotos1, es una ciudad que tiene una ciudad medieval adentro, toda de piedras color miel, y en la que llueve cada media hora. Quizás esto sea sólo el día que fui yo, pero no me consta. Yo fui en día de mercado y me abrumó un poco la cantidad de cosas que había a la venta, que, sumado a mis limitados recursos, resultaron en que compre poco y nada. Una latita de paté de fua del posta posta, los salamines de la foto y nada más. Debería haber comprado algo con nueces, que parece ser otra de las especialidades de la zona2. La zona lleva el ridículo nombre de "Perigord" y consta de colinas varías, pasto, algún que otro bosquecito y pueblos en medio de las colinas. Todos deberían saber a esta altura que los pueblos en no-plano son una de mis debilidades, así que en ese sentido la pasé bastante bien, aunque me quedé con ganas de ir al pueblo con el castillo en la punta del peñón, que está unos 10 minutos antes (en el sentido del tren), pero al que sólo se puede ir en bondi u, obviamente, en auto.

Y hablando de tren, porque también se sabe que me encantan los trenes, hablemos de los trenes en que viajé hasta y desde ahí. A la ida, me tocó algo a lo que es una falta de respeto llamarle tren. Es un sólo vagón, autopropulsado, con más pinta de micro que de tren, y la calefacción demasiado fuerte. Que con lo horrible que estaba el día ponele que venía bien ("Oh, its nice and warm!" dijo muy inglesamente una sra. inglesa que subió en una de las últimas estaciones) pero después de 2 horas arriba era un garrón tal que la última media hora la viajé parado junto a la puerta afuera de la parte climatizada. A la vuelta me tocó uno de los modernos, con trompa aerodinámica, dos vagones, mesitas, enchufes para las notebooks, carteles luminosos con las estaciones y demás chiches. Y una calefacción razonable. La línea que termina en Sarlat es de una sóla vía buena parte del trayecto, por lo que a) la frecuencia es baja (unos 7 u 8 trenes al día en cada dirección) y b) hay una estación donde los trenes se paran a esperar que venga el otro, ya que es el único lugar donde se pueden cruzar. Cosa que uno aprovecha para bajar a tomar fresco y los choferes y guardas para hacer lo que hacen todos los choferes y guardas cuando se cruzan: charlar y estirar el tiempo de viaje.

Uno o dos fines de semana después, ocurrió que el día estuvo lindo, así que decidí irme a la playa. Acá a poco menos de una hora está la bahía de Arcachón, alrededor de la cual hay varios balnearios, empezando (o terminando, según cómo cuentes) por el que lleva el mismo nombre. Así que me fui para allá, no sin antes perderme un bondi y en consecuencia un tren. Arcachón es suficientemente importante como para tener un par de TGVs diarios de y hacia París, y muchos trenes locales o "TER" de y hacia Bordeaux. Aunque no tantos como para que no se llene el que quería tomar pa' volver y zafar que pagar 2 o 3 € extra para tomarme el TGV que estaba por salir. En fin. Me había prometido ir, sentarme en la playa, caminar poco y nada, descansar, leer y/o escribir. Tres kilómetros de caminata por la playa después..... Es que Arcachon mira a la bahía y yo quería llegar a ver el horizonte. Aparte el lugar no es nada fantástico, imagínense Gesell o Pinamar, pero un toque más cheto y limpio. Y con más colina. Nada más. Pero ta, me di el gusto, me mojé las patas, me cansé literalmente de caminar por la playa, fotosintenticé un rato, tomé mate y me llené los bolsillos de arena. Que no es poco.

Y ta, en cuanto a salidas, no mucho más que eso.



Zapie, 16 de Junio, al mediodía.

Ayer me fuí a Saint-Émilion. Es un pueblito semimedieval, donde se hacen algunos de los vinos más caros del planeta. Imagínense un lugar donde te vas a un restorán cualquiera y el vino de la casa es como mínimo un Casona López. Donde cada jardín que les sobra tiene un viñedo. Que por supuesto se llena de turistas que terminamos todos medio escabio de probar vinos y llenos de botellas, aún los que nos hicimos un presupuesto que nos alcanza para a lo sumo una botella y después tuvimos que inventar algo para separar esos tintos del resto del presupuesto. Cof.

Si se imaginaron todo eso, no necesitan leer el resto del texto ni ver las fotos (?) Nunca voy a saber bien qué busco cuando saco fotos. No se si quiero transmitir cómo es el lugar, ni a quién, teniendo en cuenta eso que puse por acá años atrás sobre la inutilidad de las fotos. Pero hoy encontré un par que quizás cuentan una historia, o al menos se pueden organizar para que la cuenten. Historia mínima, como esas primeras películas que consistían en un tren llegando a la estación y nada más. Historia para los que sabemos crear una historia a partir de poco y nada.

Supongo que esas fotos van a ir aparte, en otro post, porque hoy tengo más ganas de escribir así, divagadamente, un poco de todo, y dejar el laburo de organizar y reformatear las fotos para otro día u hora. Veamos por dónde seguimos.

Por ejemplo por la cantidad de criollos y españoles que me crucé en estos últimos días. El viernes iba paseando hacia el súper cuando en una avenida vi dos malabaristas y en la vereda de enfrente un termo rojo y un mate. No necesito decirles que crucé como pude y casi que se los arrebaté. Se charló un rato y ta, seguí en la mía. Ayer en St.Émilion había varios españoles y también muchos criollos de diversos lugares de Latinoamérica. En un momento escucho a alguien que caminaba al lado mío decir "es casi como las callecitas de Humahuaca." "¡Ponele!" dije yo que como sabrán soy muy fans de Humahuaca. "Bueno, dije 'casi'", me respondieron. "Ah, sí, 'casi' te lo acepto". Y en la estación a la vuelta, otra familia de criollos, no estoy seguro de qué parte del norte del continente, y también un flaco que buscaba la maquinita de compostar (?) los boletos, al que le dije "yo no la encontré" y me respondió "Uy, qué bueno escuchar hablar español." Ah y un heladero que, mezclando francés, español e inglés, en vez de decirme "Messi" me dijo "Me gustan Los Pumas". (NdT: y esto está escrito antes de que saliera a pasear y terminara pasando por un bar de argentinos y hacer vereda con la gente y esas cosas copadas de la vida)

¿Qué más podré contar? Sigo sorprendido de las cosas que para mí son obvias y no consigo, y más con ciertas incoherencias. Por ejemplo, hay sopa de zapallo (¡en Tetra!), pero no hay zapallo. No encontré arvejas secas (aunque capaz que hay). Admiro la cultura de la calidad: aún las cosas baratas son de una calidad aceptable. Esa es probablemente la mayor diferencia que veo entre el acá y el allá. Y por si hace falta aclararlo, no creo que se deba a que acá son más capaces, sólo que todo aquel que decide fabricar algo, trata de hacerlo bien. O quizás hay leyes que los obligan a hacerlo bien, pero si hay leyes y se cumplen, es porque hay un acuerdo general de que así es como debe ser. Osea: una cultura.

Otra cosa que es notable es el tema de las AOC/AOP: Appellation d'Origine Contrôlée/Protégée, en castellano: denominación de Origen controlado/protegido. Uno ha oído decir eso de los vinos, en particular del champán, quizas sabe que es por eso que al roquefort ahora hay quien le dice "azul". Pero va muchísimo más allá de eso. Sí, los vinos se los llama por la región, sí, el espumante es una cosa y el Champagne es otra, sí hay quesos que son AOC, de hecho la amplia mayoría de los quesos son AOC. También hay aceites AOC, que no parece tan raro. Pero va mucho más allá, hay carnes AOC, lácteos AOC, miel AOC, frutas y verduras AOC.

Y uno se pregunta, con su habitual irreverencia gratuita: ¿no será mucho? O incluso, ¿no estarán mezclando cosas? Me da que una cosa es "un producto hecho en algún lugar de una determinada manera con ciertas materias primas" y otra es "un producto que se cultiva en un lugar". Digo, se sabe que no es lo mismo el Torrontés de Cafayate que los torronteses del resto del país. Pero la diferencia está únicamente en la materia prima. Lo otro es sólo una receta, y sí, claro, te sale mejor con mejor materia prima. ¿Tanto les jode que usemos la receta? Y ojo, ni siquiera es que no se note la diferencia, porque yo he comido Camembert de Normandía posta posta y del común de Auchan self-discount, que cuesta un cuarto de lo que cuesta el otro y claramente hay diferencia. Entonces, ¿cuál es la movida? Vaya uno a saber.

NdT: Acá venía un párrafo larguísimo sobre cómo extraño tener una compu apta juegos, y un montón de consideraciones sobre el medio, pero al final del párrafo me di cuenta que eso probablemente lo iba a sacar y dejar para otro post más largo

Tampoco estoy leyendo demasiado porque no tengo la hora y media, dos horas de viaje diarios que tenía en Buenos Aires pa' ir a laburar. Pero no abandono. Tengo 10 días para terminar el libro que estoy leyendo antes que me llegue el nuevo de Neil Gaiman. Y los habituales webcomics, obvio. Sigo muy vago para las pelis y las series, sólo vi los últimos capítulos de Doctor Who (¿Quién?) (¡Ja! te gané de mano.) Tengo una peli bajada que ahí está muerta de risa y así. Osea que estoy consumiendo mucha menos ficción que el año pasado.

Y así transcurre mi vida. Ya se han hecho las 2 de la tarde, así que es hora de pensar en terminar de escribir esto, que encima lo estoy escribiendo directo en la máquina así que no puedo usar el verbo "garrapatear", y pensar en almorzar. Ah e Independiente está en la B. Cosas que evidentemente a todos nos pueden pasar.

Fin de texto. Me voy a seguir domingueando.




1Osea, vayan y miren ahora, a menos que yo en el momento les haya dicho "mirá mirá mirá"

2Enlazando con algo que viene más abajo, hay AOC "Nueces del Perigord"

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